Para hacer el trayecto más llevadero es imprescindible que tu mochila sea liviana. Olvídate de meter cosas a granel pensando en el «por si acaso», ya que a lo largo del camino encontrarás supermercados y farmacias. No obstante, hay una serie de artículos que no pueden faltar en tu equipaje:
- Documentación: DNI o pasaporte, credencial del Camino de Santiago donde ir estampando los sellos en cada etapa, tarjeta de crédito y tarjeta sanitaria. Te recomendamos que guardes en una funda todos los documentos para evitar que se mojen y, sobre todo, no los pierdas de vista ni siquiera cuando te duches.
- Ropa adecuada según la estación: Sombrero, chubasquero, chanclas para la ducha, camisetas de algodón y calcetines de recambio son prendas que no pueden faltarte sea la época del año que sea. Además, en verano lleva bañador, un pantalón corto y otro largo. En invierno, guantes, pantalón impermeable y camisetas interiores térmicas.
- Botiquín: Algodón, alcohol, antiinflamatorios, pinzas, tiritas y lima para las uñas de los pies. Si viajas acompañado, podéis llevar un botiquín común y turnaros su transporte para repartir el peso.
- Neceser: Gel para cuerpo y cabello (un único bote que sirva para lavar ambas partes), cepillo y pasta de dientes, crema solar, repelente para los mosquitos y desodorante. ¡No necesitas nada más! Los frascos de colonia y otros enseres de aseo provocarán que tu mochila pese demasiado.
- Accesorios: Cantimplora, navaja multiusos, gafas de sol, imperdibles, teléfono móvil con suficiente batería, cargador, papel higiénico y una bolsa para la ropa sucia o mojada.