«El Peregrino que va a Santiago y no pasa por El Salvador, visita al criado y se olvida del Señor».
Esta lapidaria frase, tan arraigada en la antigüedad, hacia que muchos peregrinos que recorrían el Camino de Peregrinación Francés, cuando llegaban a León, daban un giro de 90 grados se dirigían a Oviedo para dar un abrazo al Salvador.
Suponía un considerable rodeo, ya que con independencia de las 5 etapas que comprende este Camino hasta Oviedo, había o hay que reemprender la ruta hacia Santiago por el Camino Primitivo: más duro y con más carencias.
Pero seguro que compensaba y compensa en la actualidad hacer este recorrido, especialmente para aquellos peregrinos que disfrutan del tiempo necesario o son repetidores.
La profundidad histórica del trayecto y la belleza paisajística son indescriptibles.
Peregrino, no te arrepentirás si tomas esta decisión.</b<