Apostol

Un peregrino remata o Camiño de Santiago con máis fe que cando comezou

03 junio 2010 / Mundicamino

El portavoz de Terra Galega en Carballo y su compañero Cantelar confían en llegar al Apóstol el domingo o el lunes.

Salieron de Saint Jean Pied de Port, uno de los puntos franceses más elegidos por los peregrinos para iniciar el Camino hacia Santiago de Compostela, el día 3 de mayo. Concretamente, «ás seis menos cuarto da mañá». Llegaron a pie a O Cebreiro el domingo, día 30, sobre las once de la mañana, casi a la misma hora en la que ayer alcanzaban Sarria. Resueltos y con ánimo, estos dos peregrinos carballeses -se pueden considerar tal- tomaron parte en uno de los días más concurridos de este año Xacobeo (de caminantes y visitantes) en la iglesia de Santa María la Real. Ellos son Isolino Cantelar, natural de Brión, pero casado y residente en Carballo, y Manuel Andrade, portavoz de Terra Galega en este mismo concello. Llevan bien el Camino, con una media de 25 kilómetros por día, aunque, de algún modo, conmemoraron de forma especial el Día das Letras Galegas, 17 de mayo, andando 36. Recuerdan bien esa cifra, al igual que el número de kilos (unos 12) con el que partieron, llevándolos a sus espaldas. Durante el trayecto se han ido desprendiendo de unos cuantos. «Mandámolos para a casa», aseguran. Se han quedado en unos ocho.

Por todo un poco

Andrade ha sido también durante varios años presidente de la Federación Española de Caza. En su caso, camina por una promesa particular, pero ambos admiten que el Camino de Santiago se hace un poco por todo, «por ganas, por sacrificio, por crenzas». Se hace para limpiar la mente o para atropellarla más, según se mire, reconoce Cantelar. Hay mucho tiempo para pasar con uno mismo. La historia de estos dos caminantes es curiosa. Se conocieron hace ya muchos años dentro del núcleo Transportes Finisterre. Después, cada uno tomó su ruta y, hace muy poco, los dos se encontraron por casualidad con el mismo deseo de hacer el Camino. Es una experiencia de vida, para ambos la primera, «pero isto dalle a un ganas de volver». Sea por excursión, por turismo o espiritualidad, «un peregrino remata o Camiño de Santiago con máis fe que cando comezou». Si no la había, nace y, si era poca, aumenta en mayor medida.

Querían ver la nieve y en los Pirineos tuvieron buena oportunidad. «Pasamos por unha nevada impresionante». La cosa dio para anécdotas y, explica Andrade, el calzado comprado para llevar un mejor camino, en realidad le permitió deslizarse por el suelo, él y la mochila incluida, en unas siete ocasiones. Ambos cambiaron lo que llevaban en los pies y a O Cebreiro llegaron sin grandes complicaciones, pese a haber pasado algunas. Son las aventuras que se viven en dirección al Apóstol, bajo lluvia («tivemos oito días seguidos de auga»), frío y en varias ocasiones, también calor. «Pásanse moitas cousas xuntos, convívese con xente de moitos países e á vez tamén se practican idiomas», señalaba Cantelar.

Es un cúmulo de intercambios entre las experiencias de unos y otros, siempre enriquecedoras. Ellos han probado «algo de todo» en lo que se refiere a las posadas. Se han encontrado con albergues «preciosos» y otros no tan bien mantenidos. Con los hostales les pasó más o menos lo mismo. Unos aprueban con nota y otros, a lo largo del Camino francés, quizás en poco superarían el aprobado raspado.

Ambos señalan la explotación monetaria de la peregrinación, algo que, en su justa medida, no tiene por qué ser negativo. Cambiarían cosas, por supuesto, y una de ellas es el coexistir de caminantes y ciclistas, por ejemplo. Al pasar los dos por la misma vía (aunque las hay específicas para los que van sobre ruedas), estos últimos piden paso y el que va a pie «vai sempre pendente de andar apartando».

Pero un aspecto no quita el otro y el Camino de Santiago ofrece también un tiempo para las bromas entre los dos.

Sancho Panza y Don Quijote

Cantelar viene desde Saint Jean Pied de Port interpretando el papel, más o menos, de Sancho Panza. Llama «mi amo» a Andrade y, como en el clásico cervantino, el portavoz de Terra Galega pone la idea e Isolino pone, más o menos, la estrategia. El Sancho de esta historia cree que Andrade tendrá en un futuro próximo la alcaldía de Carballo. «Igual non por maioría absoluta, pero si pactando conmigo», bromea. En cualquier caso, la experiencia está tocando a su fin y confían en llegar a Santiago de Compostela el próximo domingo, o quizá el lunes. Han sido muchos kilómetros a pie, con esfuerzo y pequeños detalles: Andrade, por ejemplo, cumplió los 70 años en pleno Camino. Contemos con que, junto al Apóstol, esté esperando ya su regalo particular.