El grupo Boa Mistura dibuja un gran grafiti como homenaje al «saber vivir» de Logroño e invitación al peregrino a degustar unos pinchos.
Aula de Cultura de Diario LA RIOJA y Ayuntamiento colaboran para decorar un medianil en la calle Mayor.
El Camino de Santiago es un desafío físico y espiritual pero también puede concebirse como una placentera experiencia gastronómica si se aprovechan las escalas del camino para disfrutar, aunque sea en pequeñas dosis, de la variada oferta culinaria que atesoran los municipios jacobeos, entre ellos Logroño.
La capital riojana tiene mucho que ofrecer en este aspecto: La Laurel y la San Juan se ofrecen al peregrino como principales referentes de una ciudad que conjuga los verbos ‘chiquitear’ y tapear como ninguna otra de las que surcan la Ruta Jacobea. Pero más allá del hecho de deglutir unos pinchos, la costumbre ha trascendido y se ha erigido en un acto social, de encuentro y diálogo que caracteriza a logroñeses y riojanos.
Siendo éste un espejo en el que nos reconocemos todos, nadie hasta ahora había proyectado su reflejo sobre un gran mural para intentar atraer la atención del enorme caudal de visitantes que suponen los peregrinos. De ese cometido se van a encargar estos días los jóvenes de Boa Mistura, un grupo de diseñadores gráficos y artistas callejeros cuya obra se extiende ya por ciudades de todo el mundo.
Gracias al acuerdo de colaboración que suscribieron ayer el Ayuntamiento de Logroño y el Aula de Cultura de Diario LA RIOJA, esta iniciativa se va a materializar en un emplazamiento tan indicado como el medianil situado en la esquina de la calle Mayor con la Travesía de Palacio, justo detrás del Albergue del Peregrino. En este punto, una pared de la casa de las Hijas de la Caridad, cuya desinteresada colaboración agradeció el alcalde, Tomás Santos, los artistas plasmarán un gran dibujo que será «un guiño a esa parada gastronómica que supone Logroño en el Camino de Santiago», explicaron tras la firma del convenio.
El camino va por tapas
El enorme grafiti, que estará acabado en unos cinco días, representará un brazo tatuado con motivos riojanos que sostiene un pincho como si fuera un trofeo. El dibujo proyectará además una sombra simulada que trazará la figura de un peregrino y, a su lado, podrá leerse la inscripción ‘EL CAMINO DE SANTIAGO SE HACE POR ETAPAS’, aunque la ‘E’ de ‘ETAPAS’ aparecerá tachada para que se lea también como ‘TAPAS’.
«Nos gusta que nuestras obras estén sujetas a un lugar, que no sean objeto de compraventa y se queden como un patrimonio fijo, inmóvil», detalló Rubén Martín, uno de los integrantes de Boa Mistura, quien expresó la intención de su grupo de hacer ver «que Logroño no sólo sea una ciudad de paso para los peregrinos, sino que se queden unos días».
Con su trabajo, estos artistas dejarán además «un importante legado» en Logroño, destacó el director del Aula de Cultura, Andrés Pascual, quien recordó que estos jóvenes han estampado ya su sello en calles y espacios públicos de Sao Paulo, Valparaíso, Berlín o Zaragoza. El hecho de que uno de sus miembros, Pablo Purón, sea riojano -hijo de Chema Purón- ayudó a Pascual a plantear la posibilidad de que Boa mistura trabajara también en Logroño, de modo que el Aula de Cultura se puso en contacto con el Ayuntamiento para buscar un emplazamiento en el que plasmar la creatividad del grupo.
El alcalde, Tomás Santos, aseguró ayer que el Ayuntamiento «se ha mostrado receptivo al cien por cien porque es una idea interesante y atractiva», actitud que agradeció el director general de NUEVA RIOJA, Ángel de las Heras, quien alabó la idea de Andrés Pascual al haber conseguido que se desarrolle en la capital riojana y dentro del Aula de Cultura una derivación de su actividad cultural dotada de acierto y originalidad.
