Apostol

Un paso más hacia la integración

01 julio 2010 / Mundicamino

Seis personas con discapacidad intelectual y cuatro monitores atienden el Bar El Pere de Asprona León, situado frente al santuario de la Virgen del Camino en plena ruta jacobea

Cristina Valcárcel recibe a los clientes con una amplia sonrisa, que solo pierde momentáneamente cuando sirve los platos en el comedor con cara de concentración. Muy cerca de ella, tras las puertas de la cocina, Susana Álvarez se afana en ayudar a la cocinera a darle el último toque al menú solicitado por los comensales.

Las dos jóvenes discapacitadas intelectuales, usuarias de Asprona León, no ocultan su satisfacción por ir a trabajar todos los días a un bar ubicado en pleno Camino de Santiago, justo enfrente del Santuario de la Virgen del Camino (León), donde tanto peregrinos como vecinos y visitantes tienen la oportunidad de reponer fuerzas a lo largo de todo el día.

La encargada del establecimiento, Mamen Robles, explica que la asociación decidió montar este negocio como “escaparate para el empleo” aprovechando la trayectoria en otras áreas, como el servicio de ‘catering’ que han desarrollado durante varios años. De esta forma, el Bar El Pere de Asprona León se inauguró el 5 de junio del año pasado y en la actualidad trabajan en él seis personas con discapacidad intelectual y cuatro monitores.

Todos los días de la semana, excepto los lunes, sus puertas se abren a las 7.30 horas y no cierran “hasta que deja de venir gente”. El establecimiento ofrece desayunos, comidas y cenas, además de un amplio surtido de pinchos. Asimismo, cuenta con una panadería, donde también venden pasteles y tartas.

Robles asegura que la experiencia está siendo “muy positiva”, tanto para los discapacitados intelectuales que trabajan en el bar como para los clientes. “Ellos son muy sociables y se han adaptado muy bien”, resalta la encargada, quien añade que “mucha gente viene y nos dice lo bien que lo hacen”.

Eso sí, reconoce que los primeros meses fueron difíciles por la falta de experiencia de los empleados en trabajos de cara al público. “Costó un poco al principio, pero ahora ya va bien”, señala Robles, quien asegura que la relación con los peregrinos es buena y que además este 2010 están notando que es Año Santo Jacobeo porque tienen más clientes que el año pasado.

Una experiencia diferente y satisfactoria

“Nunca había trabajado de cara al público y al principio me daba miedo no saber hacerlo, pero luego coges el ritmo y ahora estoy muy bien”, afirma la camarera Cristina Valcárcel, quien explica que trabaja en ‘El Pere’ desde hace un año. “Hago de todo, atiendo el comedor y la barra, y ayudo en la cocina, pero donde más estoy es en el comedor”, comenta Cristina, quien incide en que le gusta “todo” y que se lleva “muy bien con los compañeros y los clientes”. “A algunos peregrinos no les entiendo porque no sé hablar idiomas, pero me apaño por señas”, apostilla.

La joven explica que está acostumbrada a estar en un bar porque sus padres tienen uno en Trobajo del Camino (León) y que además ha trabajado en el servicio de ‘catering’ de Asprona, pero que la nueva experiencia que está viviendo es “muy diferente”. “Al principio fue difícil, lo que más dar las vueltas de los billetes de 50 euros”, aclara.

Por su parte, la auxiliar de cocina Susana Álvarez también resalta que es un trabajo “completamente diferente” al que hacía antes en un chiringuito de Asprona León porque en el bar “el trato y el horario” son distintos. “Me gusta el trabajo y la gente también”, asegura Susana, quien explica que está en ‘El Pere’ desde el pasado 22 de abril.

La joven es la encargada de limpiar la panadería, ayudar a la cocinera a elaborar las tapas y hacer la tortilla de patata, una tarea que le gusta mucho, aunque recuerda con una sonrisa que la primera vez que preparó una tortilla tuvo que elaborar 25 hasta que le salió “bien”. “Lo que más me gusta es estar aquí ayudando a la cocinera en todo lo que puedo, nos llevamos muy bien”, concluye.