Apostol

Asturias en el Camino

14 agosto 2010 / Mundicamino

El Principado ignora un caudal de beneficios.

Queda en el aire la cuestión de si los restos venerados en Compostela son los del Hijo del Trueno. Poco importa; y si no son, obran como si lo fueran. El espíritu del apóstol aletea sobre ellos. Lo atestigua el impacto que causó en toda Europa el presunto descubrimiento del sepulcro de Santiago el siglo IX, junto a la inmensa movilización continental que ha seguido el Camino durante más de mil años.

Camino muy vivo en este Año Santo, con la presencia estos días de millares de jóvenes como prólogo a la Jornada de la Juventud del 2011 y la anunciada presencia del Papa en Compostela el próximo noviembre.

Asturias tuvo en esto un papel no bien reconocido pero fundamental, como admiten el delegado diocesano del Camino, don Celestino Castañón, y el presidente de la Asociación Astur-Galaica, don Joaquín Miláns del Bosch. En Oviedo está el origen histórico de este fenómeno masivo de la gran marcha hacia Compostela, que se debe al rey de Asturias Alfonso II con su peregrinación personal y la construcción del primer templo, al que sucedió el levantado por Alfonso III.

Sin Asturias, no habría Camino de Santiago. Sin embargo, la Ruta del Norte está oscurecida como algo segundario. ¿Por qué? Oviedo, con un valioso patrimonio cultural y una historia absolutamente determinante en este caso, no ha hecho valer que aquí tuvo su origen el Camino. Además de la Iglesia, también tendrían algo que decir el Gobierno regional, la Universidad, la Fundación Príncipe, el RIDEA?

El Principado ignora un caudal de beneficios, no ya espirituales -sería mucho pedir-, sino también culturales, turísticos, sociales y económicos. Me cuesta dar crédito a quienes piensan que la escasa atención de los poderes públicos hacia un hecho de tanto calado tenga que ver con las reservas ideológicas de algunos gobernantes.