Apostol

El Gobierno vasco protege 700 bienes del Camino de Santiago

11 noviembre 2010 / Mundicamino

La basílica de Begoña y la catedral de Vitoria se hallan entre los edificios que acaban de ser protegidos.

Los hay que piensan que las instituciones protegen demasiado y otros que opinan justo lo contrario. Declarar una casa como bien cultural significa que su propietario no podrá modificarla sustancialmente ni venderla, por ejemplo, a un promotor inmobiliario para que derribe y construya pisos. Por contra, sorprende que iglesias como la basílica de Begoña o la catedral nueva de Vitoria carecieran hasta ahora de esa calificación.

El director de Patrimonio Cultural, José Luis Iparraguirre, anunció ayer la aprobación de 700 expedientes de bienes culturales en las dos rutas del Camino de Santiago en el País Vasco -la de la costa y la del interior-, consciente de para unos será mucho y para otros poco. De hecho, el proceso se ha iniciado con esta propuesta del Gobierno vasco, pero ya se han presentado 50 alegaciones de particulares e instituciones como ayuntamientos. La resolución final saldrá en el primer trimestre del próximo año.

Entre los edificios protegidos se hallan la basílica del Santo Cristo de Lezo, en Guipúzcoa, la ermita de San Miguel de Arretxinaga en Markina y el Puente del Diablo en Barakaldo, ambos en Vizcaya, y todos ellos en la senda costera. En cuanto a la interior, Iparraguirre citó el túnel de San Adrián en Zegama y una ferrería de Beasain en territorio guipuzcoano, además del castillo de Gebara en Barrundia, Álava. A ellos se suman, la basílica de Begoña, la catedral de Vitoria y el mercado de Barakaldo.

Todos poseen la máxima protección, la de bien cultural calificado, por su singularidad. Por debajo de esta calificación está la de bien inventariado, menos protegido y por tanto más sujeto a modificaciones. El nivel del que ahora goza el Camino de Santiago en Euskadi es similar al tramo francés. Según el viceconsejero de Cultura, Antonio Rivera, «lo normal es que los expedientes de protección creen conflictos de intereses, pero los bienes protegidos hay que verlos como tesoros, no como problemas».