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The Way: la película que promociona el Xacobeo

24 noviembre 2010 / Mundicamino

Dirigida por Emilio Estevez y protagonizada por su padre, Martín Sheen, The Way cuenta la historia de cuatro personajes encabezados por el famoso actor norteamericano que recorren el Camino de Santiago.

Presentada en Santiago de Compostela hace unos días, el pasado viernes se estrenó en 150 salas de nuestro país la película de The Way, dirigida por Emilio Estevez y protagonizada por su padre, Martín Sheen, en la que cuatro personajes encabezados por el famoso actor norteamericano recorren el Camino de Santiago, experimentando su particular viaje interior. Sheen y Estevez cumplen con este filme que repasa la tradición compostelana un sueño que siempre había tenido la familia: rodar en la tierra de sus antepasados y volver así a sus raíces.

Lo cierto es que en Año Santo y con visita de Benedicto XVI, el Camino de Santiago no necesita de muchas promociones ni siquiera a nivel internacional. El interés y la devoción que tan mágico recorrido han despertado en todo el mundo a lo largo de la historia no sólo no ha decaído, si no que, incluso en esta época de crisis religiosa, ha aumentado el número de peregrinos y hasta los menos “sospechosos” de ser católicos cargan de mochila y, bastón en mano, se lanzan a una experiencia que después todos califican de asombrosa.

Siempre hay una “excusa” para realizar el peregrinaje del que se espera que nos ayude a descubrir, aceptar o cambiar algo de una vida que parece haberse extraviado en algún momento. Algunas de estas excusas, como la de Tom, protagonista de The Way y a quien interpreta el veterano actor Martin Sheen, pertenecen a la categoría mayor: la del profundo dolor que pone toda la existencia del revés cuando se pierde a un hijo. Tom es un acomodado oftalmólogo californiano que, de repente, tiene que viajar a una pequeña localidad del Pirineo Francés para repatriar el cadáver de su hijo fallecido en un accidente el mismo día en el que iniciaba el Camino de Santiago. Allí, ya sea porque no siente capaz de volver a su vida antes de poder digerir la tremenda tragedia o porque, como parece sugerir el guión, siente la necesidad de terminar aquello que su hijo había empezado, Tom se pone la mochila heredada a sus espaldas, se cuelga la concha de peregrino y, apoyando sus piernas y su alma en el imprescindible bastón, inicia el camino.

Y no estará solo. Le acompaña, por supuesto, el recuerdo de su hijo, pero, además, pronto coincide con otros peregrinos hasta que se forma un curioso pero más que creíble grupo. Cada uno de sus miembros tiene su propia razón, de más o menos peso, para recorrerlo hasta la importante etapa final. Así, la única mujer del grupo, a quien interpreta la actriz canadiense Deborah Kara Unger, asegura hacerlo para dejar definitivamente de fumar, aunque el Camino dejará al descubierto su verdadera herida. Y los actores Yorick Van Wageningen y James Nesbitt dan vida respectivamente a un obeso holandés que pretende volver a meterse en los trajes que usaba antes de casarse y reconquistar a su esposa y a un retorcido y egocéntrico escritor irlandés que su sufre de bloqueo creativo.

Lo cierto es que la road movie rodada casi por completo en España, aunque no logra escapar de innecesarios tópicos, ofrece un resultado discreto pero agradable, que responde a esa necesidad de respuesta espiritual que, religiosos o no, todos acabamos buscando alguna vez.