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Santiago de Compostela, uno de los destinos más tradicionales de España

11 diciembre 2010 / Mundicamino

Peregrinos de todo el mundo llegan permanentemente al imponente templo de esta hermosa ciudad gallega

Ya sea desde Sevilla, Madrid, Praga o Lisboa, la ciudad de Santiago de Compostela se convierte en el destino soñado por todo aquel que aborda esta difícil gesta que es hacer alguna de las rutas del Camino de Santiago. Pero más allá de esta tradicional faceta religiosa, su gastronomía, su centro histórico y su carácter acogedor, hacen de la capital gallega uno de los destinos turísticos más tradicionales de España.

Santiago de Compostela se erige así en la anfitriona de un peregrino que ha llegado a su destino. El monumental centro histórico de la ciudad, rodeado de miradores y repleto de una acogedora gastronomía, sirve de marco para el «descanso del peregrino».

«Llegar a Santiago, tras caminar cientos kilómetros en menos de un mes, es una de las más impresionantes satisfacciones. Te sientes diferente pero siempre para bien», afirma Rafael González, quien ha recorrido en dos ocasiones el camino francés que nace en Roncesvalles y que es, con diferencia, el más popular de todos los posibles.

LA CATEDRA

No importa donde haya comenzado el viaje, ya sea en Sevilla, el origen de la Vía de la Plata; en Lisboa, donde nace el camino portugués; o Hendaya, desde donde se recorre el camino del Norte. Ese trayecto culmina en la plaza del Obradoiro, lugar en el que se encuentra la impresionante catedral de Santiago de Compostela.

Monumento cuya construcción comenzó en el año 1075, tiene origen románico y fue trazada siguiendo el modelo francés, pero evolucionó acogiendo otros estilos como el barroco, al que corresponde su vistosa fachada, finalizada muchos años más tarde, en el siglo XVIII.

En su interior encierra el sepulcro del apóstol Santiago, en torno al cual se fundó la ciudad hacia el año 820. Recorriendo el interior del templo es imprescindible visitar el Pórtico de la Gloria para ver el conocido botafumeiro, lugar en el que se guarda el incienso.

El ritual obliga a dar por finalizada de forma oficial esta experiencia, con el abrazo a la escultura del apóstol Santiago.

GASTRONOMIA DE EXCELENCIA

Una vez logrado el objetivo, los peregrinos deciden permanecer en su destino final durante varios días, recuperando fuerzas y disfrutando de una gastronomía realmente de excelencia.

La rúa do Franco, la que se interpone entre la catedral y la caballería de Santa Susana, acoge en su estrecho espacio multitud de terrazas de bares y restaurantes, convirtiéndose así en uno de los puntos de mayor ebullición de Santiago de Compostela durante el buen tiempo, como también le ocurre a una de sus calles paralelas, la rúa Raíña.

Si lo que se busca es algo más que «picar» a base de raciones o tapas, es obligada la visita a sus casas de comidas, mesones y marisquerías de la zona.

La cercanía con el mar hace que Santiago de Compostela sea uno de los más recomendables destinos para disfrutar del marisco, estandarte de la buena mesa del lugar, cuyo epicentro es el Mercado de Abastos.

Imprescindibles, por autóctonos, son las zamburiñas, los santiaguiños y el pulpo a la gallega -plato preparado con pimentón-. Todo ello acompañado con «cachelos», es decir, papas.

Pero un buen menú en Santiago de Compostela tiene que comenzar con un primer plato a la altura: el caldo gallego. Alubias blancas, papas, grelos o berzas cocinados con manteca de cerdo ahumada, son los componentes de este plato magnífico.

Y para rematar un espléndido menú, no pueden obviarse su extensa selección de vinos regionales. Pero además se debe tratar de hacer un «hueco» antes de dar por finalizada la comida, para probar alguna variedad de los quesos de la zona. El más conocido y probado es el de tetilla, de sabor suave e inconfundible forma.

EL RECORRIDO

Un total de 125.141 peregrinos realizaron el Camino de Santiago el año pasado, según los datos de la arquidiócesis de la ciudad. Santiago está preparada para la llegada de todos aquellos viajeros que hayan preferido recorrer este histórico periplo en bicicleta -21.143 de los totales- o a caballo -290-.

Los peregrinos que recorren el Camino de Santiago en bicicleta pueden acceder a la Plaza del Obradoiro por la misma ruta urbana que los caminantes y no necesitan permiso previo para ello.

En el caso de los peregrinos que tengan previsto entrar a la ciudad a caballo, deben avisar de su llegada con varios días de antelación a la Policía Local, cuyo teléfono de contacto, estando en España, es el *092.

La policía tendrá que extender un permiso de entrada a la plaza e indicar el recorrido obligatorio y el horario estipulado. Ese permiso autoriza a una breve permanencia ante la catedral para inmediatamente después acudir a las caballerizas que el peregrino haya concertado.

La peregrinación jacobea concluye en la ciudad, sin embargo, existe la posibilidad de prolongar el trayecto a una fase final, en el que es conocido como el Camino de Fisterra-Muxía.

Este recorrido llega hasta la Costa da Morte -La costa de la muerte-, lugar que era considerado como el último reducto de tierra conocida, el fin del mundo, hasta las postrimerías de la Edad Media y sobre el que pesan infinidad de creencias y ritos paganos.