Apostol

Cuando el Camino no tiene edad

20 diciembre 2010 / Mundicamino

Mayores de la Residencia de Toro conmemoran en Año Jacobeo.

La residencia «Ciudad de Toro» ha organizado durante los meses de noviembre y diciembre diversas actividades para sus residentes, todas ellas incluidas en un monográfico dedicado al Camino de Santiago. La terapeuta ocupacional del centro, Alicia Vicente, ha explicado que este monográfico «es considerado como una actividad que estimula al residente de forma integral, pues gracias a él incidimos en varias capacidades como la memoria, la atención, la orientación, la motricidad fina, la movilidad, la creatividad o la motivación».

En este sentido, ha destacado una de las actividades, la «gimkana del Camino de Santiago», puesto que es la que «más motivó y gustó a los residentes». Ésta consistió en la realización de diversas pruebas, como encontrar el camino para llegar a diferentes ciudades, a través de un plano y siguiendo unas flechas, y responder a una pregunta sobre el Camino, que previamente se había trabajado con los residentes. Al completar cada etapa se les sellaba la credencial personalizada que habían recibido al inicio de la prueba. Al finalizar el recorrido, ya en Santiago, y una vez comprobadas todas las credenciales, se les entregó la «Compostela», un chupito sin alcohol y unos bombones. Alicia Vicente asegura que, tras esta actividad, los residentes se mostraron «muy contentos y emocionados», aunque algunos reconocieron que «estaban muy cansados y les dolían los pies». Con todo, «la experiencia fue muy gratificante y nos estamos pensando el repetirla de cara a la primavera para poder recorrer los exteriores de la residencia».

Por otra parte, la terapeuta ocupacional ha señalado que también se aprovechó uno de los talleres de memoria para ofrecer a los residentes algunas explicaciones sobre diversos aspectos relacionados con el Camino de Santiago y con los peregrinos, como la vestimenta o los accesorios que la completan. Otras actividades estuvieron dedicadas a las manualidades, y así los residentes confeccionaron una serie de murales en los que quedaron reflejados tanto el típico peregrino como diferentes caminos de Santiago (el francés y el de la Ruta de la Plata), y también elaboraron conchas y trajes de peregrino.

La actividad final consistió en una misa del peregrino, oficiada por el párroco Benito García, quien también explicó a los residentes aspectos sobre Santiago «y quemó incienso en una especie de pequeño botafumeiro». Tras la misa, residentes y trabajadores compartieron un refresco «donde no podía faltar la tarta de Santiago».