Apostol

Un faro llamado santa maria de eulate

03 enero 2012 / Mundicamino

Lo siento, Navarra sigue centrando mi paseo santiagués, priorizado al azar, y dando tumbos en de aquí para allá sobre la ruta jacobea, en su versión llamada camino francés.

Cuando la vista ya no alcanza Pamplona, y el alto del Perdón, allí donde un peregrino fue redimido de vender su alma al diablo, queda a nuestra espalda nos adentramos en Valdizarbe, la cuenca agrícola paralela a la pamplonesa. Un prodigio de colores, ocres estivales, marrones otoñales, bellos verdes primaverales.

Al final de descenso del Perdón cuando el camino ya no soporta cantos rodados y pedrerías cuales puños, se sostiene un hermoso templo, Santa María de Eunate. Un sueño hecho realidad. Un sueño perenne de nada menos que ochocientos años. Ante nuestros ojos una iglesia octogonal. Raro pero cierto, con algunas gemelas en España, como la Vera Cruz segoviana, pero con una originalidad en forma, fondo e incluso entorno y enclave que nos despierta una enorme curiosidad. ¿Quién narices la puso en medio de la nada? ¿qué objetivo perseguía?. De posible origen templario, a pocos kilómetros de otro enclave jacobeo por excelencia como Puente La Reina, de donde no tardaré en escribir, perdida en la cuenca del valle, sola, asilada, cual mojón del camino, Santa María de Eunate es a mi gusto una de las iglesias más bellas de España.

Una arquería de medio punto nos recibe. Es un juego envolvente cuyo cogollo es la propia iglesia. Aquí el claustro tiene por eje la propia iglesia. Dicen conveniente rodearlo un par de veces, por tema esotérico y demás. Circundarlo nos da la perspectiva de una iglesia inimitable. El interior guarda muchos guiños de su románico predomintante. Precioso el altar con cúpula nervada, recordando que los atributos árabes no están reñidos con la estética jacobea. Al contrario le sientan fenomenales. El único problema de Eunate es que al hallarse en la parte inicial del camino hacia el este deja el listón alto. No veremos nada igual nunca más.