Apostol

Un Camino de Santiago recuperado

02 mayo 2011 / Mundicamino

La olvidada ruta por el valle del Nalón desde Tarna a Oviedo

Todos los caminos nos conducen a Roma y también a Santiago, dice el refrán popular. Ahora con todo el eco de las peregrinaciones y la celebración del pasado año jacobeo, se recupera para la historia y en un estupendo libro, un viejo camino que seguía la senda desde Riaño, en León, tras recoger a los andarines que venían del camino francés en Frómista (Palencia), atravesando el Puerto de Tarna y descendiendo por Caso, Sobrescobio, Laviana y todo el valle del Nalón hasta el entronque de Olloniego, y tras el ascenso a la Manzaneda y el alto de San Esteban de las Cruces rendir cuentas en la catedral ovetense y arrodillarse ante el Salvador.

Una senda distinta y aparcada a un lado durante siglos, pero que cuenta con el beneplácito de expertos historiadores como Juan Ignacio Ruiz de la Peña, Ana Rosa Campal y Luis Benito García, entre otros estudiosos del universo medieval y contemporáneo.

De las muchas rutas existentes en Asturias que marcan el camino primitivo, Oviedo es y ha sido el centro neurálgico que recibe y distribuye a la marea de peregrinos ansiosos de refugiarse en la basílica catedral para ver las reliquias y respirar espiritualidad por todas las arcadas, retablos, frisos, imágenes, capillas y vidrieras del asombroso edificio religioso. Y para alcanzar la capital asturiana muchos esforzados del camino optaban por la ruta cantábrica en sentido del Puerto de Tarna y Nalón abajo recorrer geografías distintas, inhóspitas, bellas, singulares, tranquilas y menos transitadas que las conocidas por los viajeros. Y siguiendo ese huella de caminantes todavía hoy encontramos vestigios de lo que un día fue un paso de peregrinos pertrechados con la indumentaria clásica de la capa, el bastón, la esclavina y la venera. ¡Cuántas personas en aquellos tiempos oscuros del medievo recalaron en el albergue que existía en Tarna o descansaron en Caso, Sobrescobio o Laviana en las diferentes casas de acogida y limpieza!

Con los datos existentes y ahora recuperados, se ha logrado formalizar una historia auténtica, próxima y atractiva de lo que un día fue ese itinerario desconocido, distinto, lejano y que todavía no está incluido en el circuito de caminos del Principado. Ahora es el momento de esa inclusión y lo importante sería restaurar la ruta con señalizaciones y orientaciones al viajero animado y al turista sentimental e ilustrado. Una gran labor historiográfica que pronto verá la luz para añadir al acervo cultural de la zona. Un camino de luz y vida, de fuerza, de interés jacobeo, de geometría, de singularidad, de naturaleza, de esfuerzo, de promesa, de dolor, de interés anímico, de entusiasmo y de sensaciones.

El libro ya tiene forma, está muy bien estructurado y sus páginas rezuman verdad, historia, rigor y un viaje en el tiempo que abruma y da ilusión. Una historia a golpe de investigación, trabajo, horas sobre el terreno y excesivo empuje para obtener el preciado galardón de la satisfacción del trabajo bien hecho. Una joya que pronto estará en tus manos, querido lector para acercarte a escenas, lugares, rincones y caminos cargados de la pátina histórica que por desidia apenas se le prestó el interés adecuado. Con el abrazo de los bien pensantes colaboradores, el interés y coordinación de la Sociedad Cultural y Gastronómica La Pegarata, el ánimo de los Amigos del Camino de Santiago y el apoyo desinteresado y fundamental del Catedrático de Historia Medieval, Ignacio Ruiz de la Peña, este libro aportará excelentes datos sobre un camino olvidado que dejó huella a caminantes y marcó una realidad artística y de paso en forma de puentes, monasterios, iglesias, imágenes, malaterías y vestigios perdidos por la erosión del tiempo. Enhorabuena.