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Leyre, un monasterio milenario que invita al reposo del espíritu

18 febrero 2012 / Mundicamino

Las tierras navarras ocultan muchos lugares misteriosos y enigmáticos, de esos en los que es posible que todo suceda: leyendas de monjes que vivieron más de tres siglos, poblaciones que ostentan escudos basados en extrañas apariciones, lugares encuadrados en el Camino de Santiago…

Situado al pie de la sierra de la que toma el nombre, a 50 kilómetros de Pamplona y a 16 kilómetros de Sangüesa, surge el primer punto de nuestro recorrido que conduce hasta uno de los lugares más mágicos de Navarra, concretamente al monasterio de Leyre.

A este monasterio, que en la antigüedad ostentaba un importante papel, pertenecían los cenobios-hospicios de Roncal, Isusa, Igal, Urdaspal, además de los de Cisa, Erro, Ibañeta y Larrasoaña, por no mencionar los de Zubiri de la Dancharinea y Urdax, que fueron creados para el desarrollo del camino de Santiago, y que poseían grandes riquezas y poder.

SAN VIRILA

Si hay algo que llama especialmente la atención en Leyre, es una vieja tradición que nos habla de San Virila, un abad del monasterio que, sin embargo, nunca llegó a ser santo. Los curiosos pueden contemplar la imagen del abad Virila en la cripta de Leyre.

Esta cripta, consagrada en 1057, no es una cripta al uso. No llega a ser subterránea ni hay evidencias de que se haya destinado nunca a ser un lugar de enterramiento, pero destaca por sus dimensiones y altura, así como por sus grandes capiteles, que se alzan sobre pequeñas columnas.

En realidad toda la cripta de Leyre resulta muy interesante ya que en ella encontraremos, además de la imagen de San Virila, la de San Babil. De él se cuenta, aunque no se sabe con seguridad, que fue obispo de Pamplona y que impartió lecciones a niños cristianos y musulmanes.

Tal sería su bondad que cuando le condenaron al martirio, ochenta de sus discípulos quisieron acompañarle muriendo voluntariamente a su lado.

También se custodian en la cripta los cuerpos de las santas Nunilo y Alosia (tan desconocidas como sus nombres) que, al parecer, fueron traídas de Huesca por el devoto Auriato tras la petición de la reina Oneca. Según se cuenta, ambas eran hijas de un musulmán y una cristiana, lo que las habría conducido a una desastrosa situación.

CENTRO DE CULTURA

La primera noticia histórica auténtica que tenemos sobre el monasterio de Leyre es, sin duda, la visita de San Eulogio de Córdoba el año 844. Ya entonces era un centro importante de vida espiritual pero también se alzó como centro de poder y también como lugar de cultura.

A través de excavaciones realizadas, se ha descubierto la existencia de edificios difíciles de encuadrar entre los estilos arquitectónicos, aunque, en cualquier caso, vienen a hablarnos de que allí se enclavó un cenobio muy antiguo.

Para algunos historiadores nos hallaríamos ante un lugar destinado a reuniones de eremitas, que habitarían en los hipogeos encontrados en los rocallones cercanos al monasterio.

MONSTRUOS EN LOS CAPITELES

De las cuatro portadas de Leyre, la más interesante es la denominada Porta Speciosa, un perfecto pórtico románico del siglo XII, En su conjunto, parece ofrecer la sensación de haber sido realizada con materiales procedentes de distintos puntos.

La decoración de las arquivoltas se ha concebido, a través de las espantosas imágenes de monstruos, como una representación de los guardianes de la puerta que la custodian.

Las arquivoltas, que se apoyan sobre seis capiteles, nos indican que aquellos que lleguen cargados de pecado o de malas intenciones no deben atravesar la portada.

Sobre la puerta, y a partir de los ángeles ataviados con sus trompetas, se ha interpretado una representación, un tanto esquematizada, del gran Juicio.

TORRE, ÁBSIDE Y PATIO DE LA HOSPEDERÍA

Otros elementos destacados del monasterio, ejemplo de arquitectura austera, son la torre, de forma cuadrangular, y los ábsides circulares con sus angostos ventanales, eso sin olvidar el patio de la hospedería situado en el lado norte de la iglesia. En este lugar se alzaba el claustro románico del antiguo monasterio, un claustro que acabó desapareciendo tras muchos años de abandono.

En definitiva, el monasterio de Leyre es uno de esos lugares que conviene más visitar que describir. Todavía se respira allí una atmósfera de paz y serenidad que invita al reposo del espíritu, a la reflexión y al encuentro interior, que tanto cautivó al abad Virila y a los monjes que recibieron sus enseñanzas.

Un conjunto monumental, que sirvió de tumba de reyes navarros, y que es escenario todos los años de la entrega del Premio Príncipe de Viana en un acto que preside el príncipe Felipe de Borbón.

GUÍA PRÁCTICA

Localidad: Yesa

Horario de visita: de primavera 2012: de lunes a viernes, de 10:15 a 14:00 y de 15:30 a 19:00. Sábados, domingos y festivos, de 10:15 a 14:00 y de 16:00 a 19:00.

Precio: 2,70€. Descuentos especiales para diversos colectivos y grupos.

Teléfonos: 948884150 – 948884011

Más información: www.monasteriodeleyre.com