Apostol

El camino de Santiago, por mar

18 mayo 2011 / Mundicamino

22 peregrinos partieron ayer en el Ciudad San Sebastián

Las grandes ideas suelen surgir en esta ciudad en torno a una mesa rodeada de una buena cazuela. Eso ocurrió unos días antes de la festividad de San Sebastián en la sociedad Euskal Billera, en la Parte Vieja donostiarra. Unos buenos amigos cenaban en este txoko gastronómico y a los postres, en la tertulia, hablando del camino de Santiago, que habían realizado varios de ellos, se lanzó la idea de hacer esta peregrinación en barco. Y lo que comenzó medio en broma medio en serio fue tomando forma hasta que con el paso de los días la propuesta se hizo en firme. Y no tardaron muchos días en apuntarse 22 personas al viaje.

El capitán del barco Ciudad San Sebastián, Gonzalo Echeverría, tomó las riendas de este singular viaje y comenzó a organizar todos los preparativos. «Se ha planteado realizar este viaje en siete etapas, con paradas en distintos puertos a lo largo del Cantábrico para pernoctar en hoteles. Son 310 millas la distancia que nos separa entre San Sebastián y A Coruña. Serán seis días en barco y la última etapa será a pie entre A Coruña y Santiago de Compostela», explica el capitán.

La salida fue ayer por la mañana, hacia las 9. Minutos antes de partir, todos los peregrinos acudieron a la iglesia de San Pedro, en el muelle donostiarra, para pedir una buena navegación.

El catamarán Ciudad San Sebastián, que se dedica a pasear a turistas por las cercanías de la bahía de La Concha, dispone de dos motores que estaba previsto que para este viaje iban a desarrollar una velocidad media de 11-12 nudos con el fin de hacer un periplo relajado. El depósito de combustible estaba lleno, con 2.000 litros de gasoil, suficientes para llegar hasta A Coruña sin repostar. En las etapas programadas, el barco tenía la intención de recorrer unas 60 millas al día y llegar a puerto pasado el mediodía para dar paso al almuerzo de los navegantes en la misma embarcación. Las comidas iban a ser sencillas y en el mismo puerto donostiarra se metieron en las cámaras frigoríficas distintas cazuelas ya elaboradas que solo requerían un calentón antes de proceder a su degustación.

El restaurante Mariñela, cuyo propietario también se apuntó a la excursión, preparó para los 22 viajeros una gran cazuela de ajoarriero para el primer día. Para las jornadas siguientes habían programado comer callos con garbanzos; tortillas de patata con ensalada; bocatas de bonito con guindilla y tomate; fabes; y lomo con pimientos. El pan lo comprarán en cada puerto.

Y para beber cargaron cuatro cajas de sidra, cuatro de txakoli y otras cuatro de vino de La Rioja, además de distintos refrescos, agua y cervezas.

«La idea es viajar desde primera horas de la mañana para llegar a puerto a comer. Luego, por la tarde salir a caminar por la zona para recorrer las distintas ermitas o iglesias que están en el circuito del camino de Santiago, así como ir a cada centro del peregrino existente en cada una de estas paradas», explica el capitán Gonzalo Echeverría, que lleva como tripulantes al patrón Amuaitz y al marinero Mikel.

En cada puerto de mar, donde se recala a diario, los peregrinos cenan y duermen en un hotel para al día siguiente, tras el desayuno, volver a subir al barco.

La primera jornada se navegó hasta Castro Urdiales a donde llegaron en unas cinco horas. El sexto día terminará el viaje marítimo en A Coruña. Desde este punto quedan 60 kilómetros hasta Santiago, que los realizarán a pie.

Para amenizar las travesías se han programado en el barco campeonatos de mus, de chinchón y de damas. Los viajeros, para evitar la monotonía, tendrán a su disposición unos catalejos para avistar cetáceos y en cada travesía se iban a colocar en la borda varias cañas para tratar de pescar a la cacea algún atún, que si pican, irían directamente a la sartén para la comida del día siguiente.