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El Camino, a pesar de la hepatitis C

19 junio 2011 / Mundicamino

Un enfermo hizo en bicicleta el tramo Roncesvalles-Santiago en 29 horas.

«He recorrido el Camino de Santiago en bici de un tirón por un motivo de superación, para demostrar que personas que padecen enfermedades importantes pueden llevar a cabo una vida normal. Tengo voluntad, ilusión y ganas de hacer cosas, pero sobre todo, intención de demostrar que la hepatitis C no es una enfermedad invalidante, sino un obstáculo más en el camino que hay que superar». Son palabras de David López, un valenciano de 46 años que se ha convertido en el primer paciente con hepatitis C que completa el Camino de Santiago en bicicleta en menos de 29 horas. En concreto, recorrió 756 kilómetros, desde Roncesvalles hasta el Obradoiro, en 28 horas y 30 minutos.

Esta hazaña para este padre de dos niñas y dueño de un almacén de reciclaje de neumáticos, al que le descubrieron la enfermedad hace ocho años, ha sido todo «un reto y una aventura», superada gracias a una dura preparación física y mental. «He entrenado muchas horas por las noches, para adaptarme a la nocturnidad y a la falta de descanso durante el Camino», comenta David López a La Voz. Y para lograrlo, contó con la gran ayuda de Julián Sanz, campeón del mundo de ciclismo de ultrafondo, quien lo acompañó en bici durante el recorrido.

David reconoce que hubo dos momentos en los que estuvo a punto de abandonar: en la subida a la Cruz de Ferro y durante el tramo «rompepiernas» de Puerto Marín a Santiago: «En el primero, tuve que bajarme de la bici y me mareé. Los que me acompañaban pensaron que no podía seguir, pero tras comer algo y descansar 15 minutos, me recuperé y seguí». Y añade: «Recorrer el camino es una experiencia mágica. Nos sentíamos como verdaderos peregrinos, pero con mucha mas penitencia. Ha sido una experiencia cojonuda y lo mejor de todo ha sido la relación con la gente».

Para un enfermo de hepatitis C es más difícil recuperarse tras una actividad física así, por tener el hematocrito más bajo de lo normal. En España hay 150.000 personas con esta enfermedad diagnosticada, pero se calcula que otras 600.000 son portadoras del virus C pero lo desconocen. Esta patología también es conocida como la epidemia silente, y las principales causas de muerte relacionadas con ella son la cirrosis hepática (35% de los casos) y el cáncer de hígado (el 32%).