Apostol

Walter Starkie el peregrino ilustre

26 julio 2011 / Mundicamino

La villa castreña celebra la festividad de Santiago, inmersa aún en el recuerdo tributado al hispanista irlandés y gran amante de Burgos.

Cuando las más veneradas advocaciones jacobeas se siguen en el calendario (Santa Marina, María Magdalena y Santa Brígida de Suecia), antes de la festividad del patrón de España, Castrojeriz celebra las suyas. Y si hoy, lo hará con misa y un concierto, no se puede por menos que echar la vista atrás para recordar el reciente homenaje a Walter Starkie, el recuerdo vivo de su imagen caballeresca, culta, bohemia por antonomasia y amante de España, representado en los dos actos públicos de la villa castreña por su hija Alma Starkie, su nieta Helena y su biznieto Gonzalo, a los que acompañaba Roderick Pryde, actual director del British Council, máximo órgano cultural del Reino Unido, cuya extensión en España se debía precisamente a Starkie, hasta su jubilación primer presidente en Madrid, y el presidente del Comité Internacional de Expertos del Camino de Santiago, Paolo Caucci von Saucken, a quien Beatriz Francés, la alcaldesa, no dudó en calificar como un vecino más de la villa que preside.

La reivindicación de la figura de este hispanista británico es uno de los logros de la actual Junta de Castilla y León, que ha tenido en cuenta la delicada actuación diplomática al más alto nivel (el duque de Alba y Winston Churchill amigos y confidentes directos de Starkie) en tiempos particularmente difíciles: en plena Segunda Guerra Mundial, colaborando por la neutralidad de España, a la que siempre fue fiel; en la que con su trabajo y bohemía, supo ganarse el afecto de la flor y nata de la intelectualidad española y hasta de los gitanos, que se sumaron al homenaje de un hombre que en España estuvo con ellos.

En la tarde-noche de ese mismo día 19, tras la presentación del libro de Matteo Biagetti, la comitiva starkiana asistió en la ermita-hospital de San Nicolás de Puente Fitero a un entrañable acto y capítulo de la Confraternita di San Jacopo di Perugia, en el que el lavado de los pies a los peregrinos de cuatro continentes que allí pernoctaban, emocionó, en particular a doña Alma Starkie que, en primera fila, siguió con toda atención la ceremonia, así como la queimada jacobea con su conjuro, ya típica en estos capítulos, y conocieron al cofrade Juan Mons quien había hecho una dedicación ad hoc de su dibujo evocando la figura de don Gualterio.

La desenfadada reunión del día 20 en casa de los Caucci, como Centro de Estudios Jacobeos de Castrojeriz, fue una de esas veladas que, por lo poco frecuentes en el tiempo de ahora y por la calidad evocadora de alguno de los testigos allí reunidos, se resiste a ser resumida.

Y, cómo olvidar que el día anterior, en el Centro Cultural de San Esteban, Alma Starkie, resumió lo que había sido el acto preliminar en las ruinas de San Antón, en el que todos se sintieron emocionados y recordó los muchos amigos de su padre en Burgos, desde que aquí pasara una larga luna de miel en 1921, amistades que fue cultivando en las otras 5 ocasiones en las que estuvo por la capital burgalesa y los varios pueblos de la provincia».

Antonio de Cabezón

La expedición, toda una sorpresa para el séquito que al día siguiente condujo Paolo Caucci hasta Castrillo Matajudíos, donde fue recibido por su alcalde, Lorenzo Rodríguez. Aquí se recordó la figura de Antonio de Cabezón, que había acompañado al entonces príncipe Felipe para su boda en Inglaterra, visitando las ruinas de su casa natal y se contempló y palpó la reliquia insigne de una británica, Santa Laura, primero infanta y luego mártir. La visita continuó a la iglesia-museo de Nuestra Señora del Manzano, donde el párroco, Enrique Alonso, acertó a encender la imaginación de los presentes con los recuerdos jacobeos que atesora, y la velada a continuación en la casa de los Caucci, en la que tanto Alma como el director del British Council, brindaron con el chacolí de Oña, llevado allí de ex profeso, al haber recordado Alma en una conferencia, a primeros de años en la Mesa de Burgos en Madrid y ratificado en Castrojeriz, que su padre le había hablado del buen chacolí que, en una de sus correrías desde Burgos, había degustado en la villa condal.

Castrojeriz, el Camino de Santiago y sus hombres se han apuntado un sobresaliente en la recuperación de la memoria de este gran hispanista y la colección de publicaciones del Centro de Estudios Jacobeos de Castrojeriz se engrandece con la obra de Matteo Biagetti, bajo el título Walter Starkie. Escritor, académico, peregrino. Esa publicación acaba confirmando la razón que tenía Arribas, cuando hace casi veinte años en su Pícaros y picaresca en el Camino de Santiago llego a decir que: «Walter Starkie ha sido, sin género alguno de duda (y dejando a un lado lo religioso), el peregrino más ilustre que ha arribado a Compostela a lo largo del siglo XX».