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Un Camino con muchas barreras

07 febrero 2016 / Mundicamino

Por primera vez una guía orienta a peregrinos en silla de ruedas, ciegos o sordos y propone alternativas. También por primera vez la Xunta encarga un estudio sobre la accesibilidad en cada ruta.

Desde 2004, han peregrinado a Santiago en silla de ruedas 484 personas. Tampoco han faltado en ese tiempo quienes viven con ceguera o sordera y recorren un Camino con vocación universal, no solo en su internacionalización, sino también en su accesibilidad. Si hace más de ocho siglos el Libro V del «Códice Calixtino» se convirtió en la primera guía para quien se adentraba en la ruta jacobea, este 2016 estrena el primer «códice» que orienta a caminantes con discapacidad física, auditiva, visual o intelectual. Para poder elaborarlo, técnicos en esta materia la recorrieron, entraron en sus albergues, restaurantes, supermercados, iglesias…

El resultado dista mucho de ser el ideal, pero también la actitud de las administraciones hace albergar esperanzas. De hecho, al margen de esta guía para el Camino Francés, por primera vez la Xunta encomendó a este mismo equipo valorar el estado de los distintos senderos en la Comunidad: Primitivo, Norte, Portugués, Inglés, Fisterra-Muxía y la Vía de la Plata. «No está ni de lejos acondicionado para que un peregrino en silla de ruedas lo pueda realizar», explica en conversación telefónica con ABC desde Madrid Isidro Martín del Río, técnico de accesibilidad de Predif, una de las asociaciones junto a la ONCE que lideran este proyecto presentado la pasada semana en Fitur.

«Si avanzamos y encontramos un arroyo y hay que saltar las piedras para salvarlo, ponemos un punto rojo y comunicamos con la carretera para seguir por ella. Pero normalmente no puedes acceder desde ahí y hay que retroceder hasta un lugar donde el Camino coincida con la carretera hasta volver a confluir con él», detalla Martín del Río. Este regresar sobre sus pasos les llevó a caminar unos 180 kilómetros adicionales sobre lo planificado.

Las barreras en la peregrinación vienen en muchos casos determinadas por condicionantes naturales. Desde Predif no obvian ese dato, pero sugieren la posibilidad de acondicionarla o buscar alternativas. En cualquier caso, hasta entonces esta guía permitirá al peregrino con alguna discapacidad estar en sobre aviso antes de cada etapa en Castilla y León y en Galicia, que son los dos territorios evaluados. La orografía juega en contra de la Comunidad gallega. «Desde O Cebreiro a Santiago es muy complicado. Hay veces que el Camino se estrecha, con empedrado, desniveles… En Castilla y León hay zonas bien acondicionadas porque, por ejemplo, entre Castrojeriz y Fromista se hacen muchos kilómetros en paralelo a la carretera. Pero el problema son siempre las conexiones, que te impiden continuar entre esos tramos», señala.

La acogida suple carencias

Para evaluar instalaciones como los albergues, se formularon hasta 1.200 preguntas. Con ellas se examinaban parámetros como los anchos de puerta, las inclinaciones de las rampas, la altura de la cama o del inodoro, las barras en el baño, los paneles con braille, las bandas de encaminamiento y las puertas con contraste… En muchos casos son variables cuyos responsables no habían tenido en cuenta. Pero se suple con ganas. «La gente está muy acostumbrada a atender y a ayudar a todo tipo de peregrinos. Aunque no hay grandes accesibilidades, hay predisposición y muy buena intención», relata Martín.

Quienes mejor lo tienen hoy para hacer el Camino con autonomía son las personas sordas, sin embargo «para la discapacidad visual no hay nada —lamenta—. Cada sector requiere unos mínimos». «Lo bueno es que la iniciativa es del movimiento asociativo, pero que quien ha aceptado el reto es la propia administración. Ahora tienen una valoración de la situación y son ellos quienes deben tomar el relevo».