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Un matrimonio de 80 y 75 años reivindica que el Camino es apto para la tercera edad

22 agosto 2016 / Mundicamino

La longeva pareja madrileña llegó ayer a Santiago, afirmando que ahora han vivido la vida «al 100 %».

«Buen Camino» es la frase con la que se queda Carlos Cadahía después de que peregrinos de todo el mundo se lo desearan en reiteras ocasiones.Cadahía partió de O Cebreiro hace una semana y llegó a Santiago el miércoles en compañía de su mujer, Carmen Acero. Juntos suman 155 años, una cifra que evidencia que no forman parte del perfil habitual de peregrinos en el Camino. Él cumple 80 años en quince días, ella tiene 75. «Somos de la tercera edad», afirma orgulloso Cadahía, que antes de jubilarse era catedrático de Química Agrícola en Madrid.

Peregrinaron a Santiago por una promesa de salud. «Todos nuestros amigos están enfermos de cáncer o machacados por la edad», dice Carlos Cadahía. Así que, «con dos bastones en mano», él y su mujer se propusieron demostrar que los años no son un problema para superar metas si la salud no interfiere. «Ahora que lo hemos terminado puedo decir que he vivido la vida al 100 %», expresa el madrileño.La ruta jacobea le ha servido para mejorar su autoestima, pero también para recuperar la fe en la sociedad. «La gente que hemos conocido en el Camino nos ha demostrado que todavía existe solidaridad y humanidad en el mundo, porque lo importante no es llegar más rápido, sino ayudarse unos a otros», confiesa Carlos Cadahía, rememorando la ayuda que recibió cuando sintió una molestia en la pierna.Cadahía anima a la tercera edad a peregrinar a Santiago, «dentro de los límites de cada uno», aclara. «La clave está en organizarse bien y comer y beber mucho a lo largo del Camino», explica el madrileño. Carlos Cadahía quiere que su historia sirva de ejemplo para otras personas de su edad, ya que «existe un vacío de peregrinos de entre 65 y 80 años», critica. El próximo año repetirá experiencia. «Espero que se sume algún amigo de nuestra edad», dice Cadahía.