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Preparando tu mochila: La regla del 10%

29 octubre 2016 / Mundicamino

Como regla general, recuerda que el peso total de tu mochila debe rondar el 10% del peso total de tu cuerpo para que no termine convirtiéndse en un infierno en tu espalda.

Antes de comprar tu mochila, decide lo que vas a meter en ella

Muchos de vosotros nos habéis escrito en los últimos meses con bastantes dudas acerca del equipaje que se debe llevar al Camino, dudas que sobre todo surgen cuando nos decidimos a hacerlo por primera vez. Por eso queremos daros algunos consejos a la hora de elegir qué llevamos dentro de nuestra mochila, qué es imprescindible y qué podemos dejar en casa tranquilamente, porque o bien no lo vamos a necesitar o bien es mejor hacernos con ello directamente en nuestro viaje. Empaquetar nuestra mochila conlleva hacerse preguntas como ¿qué es lo verdaderamente imprescindible?

La elección de nuestra mochila es una de decisiones más importantes que tenemos que hacer antes de lanzarnos al Camino y no nos referimos a que ésta sea muy buena o muy bonita, si no a algo mucho más importante, que cubra lo mejor posible nuestras necesidades. Estas necesidades están relacionadas con el volumen del equipaje que vamos a llevar dentro de ella, por lo que antes de ir a la tienda a buscar nuestra mochila, es importante tener totalmente cerrado el capítulo de qué vamos a llevar en ella.

Entonces, ¿cómo decidir lo que nos llevamos y lo que dejamos atrás? Es importante aplicar varios principios como escoger la ropa más ligera que nos sea posible, sin perder la funcionalidad (aunque no sea la más bonita, lo que cuenta son los materiales ligeros); elegir los objetos más pequeños (imprescindible un cepillo de viaje o prescindir de cuadernos de viaje, conformándonos con las notas del móvil) y apostar por la simplicidad, dando prioridad total a sólo lo que vamos a necesitar en el viaje.

También conviene ser creativos y encontrar múltiples usos a cada objeto que llevemos con nosotros, y en cuanto a eso, un smartphone nos será de gran ayuda ya que podremos apuntar direcciones, iluminarnos con su linterna, tomar fotografías a un nivel básico o consultar el tiempo que va a hacer la siguiente jornada. Por último, no hay que olvidar que el Camino de Santiago, en especial el Francés, cada vez da un mejor servicio al el peregrino, por lo que en las localidades por las que paremos podremos conseguir casi cualquier cosa que necesitemos.

Siguiendo estos principios en la elección de nuestro material podremos aplicar la regla del 10% que mencionábamos en el título; es decir, conseguir que nuestra mochila no pese más allá del 10-12% del peso de nuestro cuerpo, para que nuestra marcha por el Camino no se convierta en un verdadero dolor de espalda. Más allá del peso de nuestra mochila sólo habría que contar con el peso extra del agua y la comida de cada día, imprescindibles antes de comenzar a caminar cada jornada; la buena noticia es que lo iremos consumiendo poco a poco, de tal forma que cuando más cansados estaremos -al final de la etapa- es cuando más ligeros iremos.