El Arzobispado tomaba la decisión de unificar las credenciales que utilizaban los peregrinos para certificar que habían cubierto la distancia necesaria para obtener el diploma.
Hace una década la Iglesia apostaba por modificar parcialmente las normas que regulaban la expedición de las compostelas y fijó una credencial de viaje editada por el Arzobispado de Santiago como única válida. El cambio buscaba terminar con los 40 o 50 modelos diferentes de documentos que utilizaban los peregrinos para certificar que habían cubierto la distancia necesaria para obtener el diploma. Esta disparidad provocaba «inconvenientes y malentendidos», explicaba entonces el delegado diocesano en materia de peregrinaciones, Jenaro Cebrián, puesto que algunas ni tan siquiera recogían las condiciones que debían cumplir los peregrinos para la obtención de la compostela. La medida no entraría en vigor hasta el 2009, pero ya entonces enviaron circulares informativas a todas las diócesis relacionadas con la ruta y a los colectivos civiles integrados en la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Camino.
