Apostol

El Camino de Santiago en once palabras

01 abril 2018 / Mundicamino

ONCE PALABRAS LE BASTARON al rey emérito para explicar la grandeza del espíritu xacobeo, su tirón en un mundo que busca a ciegas recuperar valores perdidos. Las dijo en gallego, don Juan Carlos I, sin duda para reafirmar el compromiso de la Casa Real con la defensa y la promoción del crisol poliédrico de lenguas y culturas que conviven en el Estado español y lo engrandecen. Son once palabras que iluminan, además, su hoja de ruta como flamante embajador de honor: «Ser peregrino no Camiño de Santiago é recoller saberes e transmitilos». El acto celebrado ayer en el Hostal dos Reis Católicos trasciende el plano ceremonial y protocolario para convertirse en un poderoso alegato que alimenta la simbología del Camino como motor de europeísmo, de mestizaje cultural, y de convivencia respetuosa y tolerante. No es baladí recordar que este hermoso edificio lo han construido, desde hace más de diez siglos, peregrinos llegados de todos los pueblos del universo mundo, atraídos por la magia integradora del Apóstol Santiago y de Compostela. Por eso, acierta de pleno el rey emérito cuando subraya que el Camino es una formidable aventura que saca a flote lo mejor del ser humano. Y acierta el presidente Feijóo al fichar para el club de los embajadores de honor -en él militan ya Felipe VI, Mariano Rajoy y Vicente del Bosque- a quien es, quizás, el mejor mensajero de los valores xacobeos. Es especialmente oportuno el nombramiento en estos días convulsos, con el incendiario secesionismo catalán carcomiendo la fortaleza del sistema democrático español y, por tanto, la viabilidad del proyecto europeo, cercado por nacionalismos, populismos, intolerancias y xenofobias, que vampirizan y debilitan a la Unión Europea. Pertenece don Juan Carlos I, por derecho propio, a la estirpe de los constructores de la utopía unionista, en la que la Ruta Xacobea juega un rol central e imprescindible para vehiculizar retos, sueños y aspiraciones. Europeísta convencido -sobradas muestras ha dado durante su largo reinado, en el que España ingresó en la UE y abrazó la modernidad-, el rey emérito cierra ahora el círculo con un título que le va como anillo al dedo. Y que da más lustre, si cabe, al Camino de Santiago.