Los viajeros elogian la señalización del camino y reclaman que los bares y las tiendas abran a primera hora de la mañana.
El camino mozárabe-sanabrés, a su paso por la comarca, está logrando el lleno absoluto en los albergues que se encuentran en el itinerario jacobeo.
Desde finales de abril, el repunte de caminantes se hace notar considerablemente, llegando en algunos casos a rebosar la capacidad de plazas en los albergues. Tal es el caso del albergue de Santa Marta de Tera que dispone de una capacidad de 13 plazas, aunque con posibilidad de otras 10 más, y en las últimas jornadas registra un lleno absoluto. Otro tanto sucede en los albergues previos y posteriores a la parada y fonda en el camino de Santa Marta de Tera. Tanto en el caso de albergues de titularidad municipal como privada.
El alcalde de Santa Marta de Tera, José Esteban, asegura desconocer a qué se debe este incremento de viajeros, aunque las buenas temperaturas y los elogios que brindan los peregrinos a este camino por su entorno natural y paisajístico, así como su hasta ahora escasa difusión, parecen ser las razones que pesan en este repunte de peregrinos.
Un grupo de 4 peregrinos procedentes de Palma de Mallorca, al que se sumaba ayer en pleno periplo jacobeo, uno más procedente de Argentina, concretamente de la ciudad de Córdoba, corroboraba la capacidad a rebosar de las plazas de los albergues abogando por la época primaveral como propicia para realizar el camino. Javier Mundielli a su paso por el término de Pumarejo, nada más sobrepasar el río Tera, enfilaba el camino hacia Rionegro del Puente y ya era esperado por el grupo de peregrinos de Mallorca y de Barcelona. María Luisa Quintero y Neus Gisbert, de la ciudad condal, así como Ángeles Grande o Cristóbal Morón, ambos de Mallorca, hacían hincapié en algunas de las necesidades de esta vía jacobea, «bien señalizada, pero a falta de algunos servicios». La falta de servicio a la que se refieren consiste, según ellos, en la conveniencia de apertura de establecimientos hosteleros a primera hora de la mañana, así como tiendas e, incluso, la señalización de fuentes para poder proveerse de agua. Los aplausos a la señalización e indicación del camino, «a pesar de que algunas señales están borrosas», advierte Cristóbal Morón, frenan esos elogios de la ruta al carecer a primera hora de un lugar para tomar un café. «Antes de las diez de la mañana no hay un bar abierto». Claro está, este grupo de residentes en la urbe balear parece desconocer que atraviesa tierra zamorana donde predominan los núcleos rurales con escasa población y, más aún, de avanzada edad.
Unos y otros aplauden los beneficios físicos, psicológicos y culturales en realizar el camino. La coincidencia ha hecho que el grupo saliera el mismo día de Zamora capital y tenga previsto llegar a Santiago de Compostela entre el 12 y 14 de mayo. El argentino Javier Mundielli, estima llegar alguna jornada antes a la ciudad compostelana.
