Los podólogos navarros ofrecen trece consejos a las personas que este verano tengan pensado realizar el Camino de Santiago a pie u otras marchas para que los tengan en cuenta antes, durante y después de las mismas.
El primero es visitar a un especialista en podología ante cualquier duda para prevenir lesiones, y especialmente en caso de dolencias previas como exceso de sudoración, hongos o helomas, y el segundo, entrenar en función de las etapas programadas antes de comenzar el Camino.
Los podólogos recomiendan también utiliza botas de trekking o de montaña y los calcetines habituales, no nuevos, además de cortar las uñas siguiendo la forma de las mismas y sin dejar picos.
Antes de la salida aconsejan hidratar los pies con crema la noche anterior a la marcha, controlar el peso de la mochila, que nunca debe exceder del 10% del peso corporal del caminante, no lavar los pies con agua caliente antes de la ruta porque eso favorece las ampollas, protege con apósitos los roces, si los hubiera, y ajustar adecuadamente el calzado y el calcetín.
Durante la marcha los consejos son caminar relajado, usar bastones para tener más estabilidad y descansa entre 5 y 10 minutos cada hora.
Ya al final del día hay que lavar y revisar bien los pies tras un secado minucioso para poder detectar posibles alteraciones, realizar estiramientos de la musculatura de los pies, ponerlos en alto y aplicar de nuevo una crema hidratante.
«Los pies pueden recuperarse del esfuerzo en una sola noche», afirman los podólogos, que además advierten de que «el dolor de pies no debe ignorarse».
