Apostol

El calor, el acompañante incómodo de los peregrinos

29 agosto 2018 / Mundicamino

Maximiliano Alonso (San Sebastián, 75 años) peregrina sin cesar, conoce el sendero exigente que lleva a Santiago desde orígenes diversos. «Llevo dos caminos franceses completos, desde Roncesvalles a Fisterra. El año pasado hice el del Norte, de Irún a Fisterra, y el Primitivo, desde Oviedo a Santiago. Este año la Vía de la Plata, de Sevilla a Astorga, y posteriormente de León a Fisterra». En ese primer viaje de 2018 conoció a Martina Stefanska, polaca de 28 años. Entonces no pudo completar el trayecto. Ambos caminaban juntos ayer por Cea, con la previsión de llegar en cuatro días a la Plaza del Obradoiro.

El calor, con tres días seguidos con alerta amarilla y cuatro con temperaturas tórridas dificulta el reto más, si cabe. «Se soporta como se puede. Ayer [por el martes] en Ourense fue terrible», dice el experto peregrino. No todos los albergues ofrecen un espacio fresco, sostiene, por lo que aferrarse a las sombras y madrugar para aprovechar los amaneceres, más suaves, son estrategias imprescindibles. Y beber. «Hay que llevar agua porque si falta, crudo. Y tomar también alguna cervecita». El Camino, a pesar de todo, sigue.