La fundación aspace navarra reabrió ayer las instalaciones municipales, en las que trabajarán un total de 9 personas.
Tras siete meses cerrado, el albergue de primera categoría de Villava-Atarrabia abrió ayer de nuevo sus puertas con la Fundación Aspace Navarra como encargada de gestionar las instalaciones. «Nos asusta un poco la experiencia anterior -ya que el primer adjudicatario renunció al contrato-, pero estamos ilusionados», sostuvo ayer la directora de la Unidad Operativa de Pamplona y responsable del albergue, María Carmen Urtea. Unas ilusiones que se plasman en nuevas ideas para impulsar esta infraestructura municipal, abarcando más demandas: «Queremos enfocarlo, además de al peregrino que realiza el Camino de Santiago, a colegios, grupos deportivos y culturales», indicó.
El alcalde de la localidad, Pello Gurbindo (Atarrabia NaBai), expuso que para ellos «fue un palo» que se cerrara el albergue, porque «hemos apostado con fuerza» por él, pero «estamos muy ilusionados con esta reapertura y confiamos en que sea la definitiva y consigamos que este lugar tan emblemático para Atarrabia se convierta en un lugar de encuentro de diferentes culturas, gentes, generaciones…».
junto al río
Un lugar «con posibilidades»
Un total de seis personas, todas ellas con discapacidad, trabajan en la atención directa del albergue. Contarán con el apoyo del personal de recepción del albergue de Lekaroz, que lleva también Aspace, para gestionar las reservas. Asimismo, esta entidad sin ánimo de lucro ha suscrito un convenio de colaboración con la fundación Varazdin, que facilita la inserción sociolaboral de personas en riesgo de exclusión social, para que se haga cargo del bar y restaurante. Yolanda Vergara, responsable de esta fundación, señaló que tres personas se emplearán en los locales de restauración, que se abrirán en unos días: «La gente nos conoce porque llevamos el club de jubilados, nosotros conocemos el pueblo y nos gusta trabajar aquí. Entre los dos sitios que regentan habrá 7 empleados». El bar, que da servicio al albergue, también estará abierto al público en general. Tendrá terraza y se plantea hacer comidas por encargo.
El primer edil destacó la idoneidad de la situación de este albergue de 48 plazas, ubicado junto al casco antiguo y entre el Batán y el molino de San Andrés. «Entre los tres formarían un recorrido relacionado con el río con muchísimas posibilidades. Hemos hablado con la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona para colaborar en su promoción», indicó. Por su parte, el director técnico de Aspace, Martín Urtea, consideró necesario hacer «una importante labor comercial para darlo a conocer. Va a ser muy interesante por ser un albergue y ser económico para grupos culturales, deportivos o recreativos que vengan a la Cuenca de Pamplona. Un grupo no se plantea meterse en un hotel, porque no les da el presupuesto, pero venir a un albergue a diez kilómetros de la instalación donde van a competir, sí».
Ayer por la mañana trabajaban en el interior del local Conchi Alonso y Puy Oroz, preparadas para atender a los potenciales clientes, ultimaban las habitaciones y limpiaban. De momento, el local ya tiene dos reservas para Semana Santa: 24 jóvenes suecos y villaveses que participan en un proyecto europeo de intercambio y la selección mexicana femenina de balonmano. Un buen comienzo.
