Apostol

Benedicto XVI, peregrino en la Catedral de Santiago

07 noviembre 2010 / Mundicamino

-El Papa se definió en su discurso: ‘Vengo como peregrino en este Año Santo’

-‘No dejéis de mantener esas obras, que benefician a toda la sociedad’

-El Pontífice ha degustado con su séquito un menú con productos gallegos

-Tras la pausa de la comida se ha dirigido al Obradoiro, donde dará la misa

Unos metros antes de entrar por la Puerta Santa de la Catedral de Santiago (la que solo se abre en Año Xacobeo), Benedicto XVI se vistió de peregrino. Dos mujeres se le acercaron para ponerle la tradicional capa marrón con la concha y la cruz de Santiago bordadas.

Y es que desde el minuto uno de su visita, el Papa no sólo ha cumplido estrictamente con el rígido guión que ya había anunciado la Santa Sede, sino que ha llenado sus primeras horas en España de numerosos gestos de cariño por los miles de católicos que se han acercado a verle.

Desde el aeropuerto de Lavacolla, se vio a un Benedicto XVI emocionado y atento con el público. «Vengo como peregrino en este Año Santo Compostelano con el mismo amor a Cristo que movía al Apóstol Pablo a emprender sus viajes, ansiado de llegar también a España», revelaba en sus primeras palabras en suelo español. [Lea el discurso del Pontífice en gallego y en castellano].

Y justo antes de arrancar el viaje en ‘papamóvil’, el guiño con el que se ganó a los presentes, el beso y la bendición a dos bebés que le acercaron, un gesto que está repitiendo a lo largo de esta visita, más propia de su antecesor, Juan Pablo II.

Por otra El Pontífice ha añadido a sus discursos en castellano pinceladas en lengua gallega. Tampoco ha sido raro que sus discursos hayan concluidos con un «moitas gracias».

Rezo ante la tumba del Apóstol

También completó Benedicto XVI el ritual de rezar ante la tumba del Apóstol y abrazó su busto, que preside el altar mayor del templo. Al abrazar la «venerada imagen», pidió «por todos los hijos de la Iglesia» y agradeció a los católicos españoles «la generosidad con que sostienen tantas instituciones de caridad y de promoción humana».

«No dejéis de mantener esas obras, que benefician a toda la sociedad, y cuya eficacia se ha puesto de manifiesto de modo especial en la actual crisis económica, así como con ocasión de las graves calamidades naturales que han afectado a varios países», ha destacado el Pontífice en su intervención, que de nuevo inició y terminó en gallego.

Y en esos momentos también volvió sobre su idea: «peregrinar significa salir de nosotros mismos para ir al encuentro de Dios».

Bendición en el Obradoiro

Además del saludo que dirigió a los fieles que estaban en la Plaza de la Quintana, previamente Su Santidad había salido por la fachada principal de la Catedral para saludar a quienes consiguieron sitio en una de las 6.000 sillas dispuestas en la Plaza del Obradoiro para poder seguir en vivo la eucaristía que oficiará esta tarde. En ambos saludos a los creyentes, el Papa fue recibido con aplausos y vítores.

El deán don José María Díaz fue el encargado de ofrecerle una explicación sobre la obra del Maestro Mateo, el Pórtico de la Gloria, donde el Papa se detuvo para admirar su belleza, más perceptible gracias a la retirada del andamiaje que meses antes estaba instalado para permitir su rehabilitación.

En su recorrido por los pasillos de la Catedral, de nuevo no escatimó saludos y bendiciones para los en torno a 700 invitados, entre los cuales había niños, inválidos y ancianos. Nuevamente, el Papa tuvo muestras de cariño para los más pequeños y se paró a besar y bendecir a dos niñas, después de los bebés que ya bendijo a su salida del aeropuerto.

Su recorrido por la Catedral compostelana finalizó con el vuelo del tradicional botafumeiro, después de que el Papa dirigiese una oración comunitaria posterior a su intervención y a la del arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio. [Lea las palabras de Benedicto XVI en la Catedral y las del arzobispo de Santiago]

Menú en el Arzobispado

Tras los emotivos momentos en la Catedral, la comitivauna vez en el Arzobispado, alrededor de sesenta comensales darán cuenta de un menú del que no han trascendido los platos, más allá de que contienen productos gallegos.

Sí se conoce que entre los postres podrán optar por una reproducción en chocolate de la catedral de Santiago elaborada por la pastelera Patricia García-Burgos y 20 de las alumnas residentes en el colegio mayor La Estila. La tarta, un bizcocho con nueces recubierto de chocolate, mide 60 por 40 centímetros.

Al finalizar su estancia en Santiago, Benedicto XVI tomará un avión rumbo a Barcelona, donde también tomará productos gallegos, ya que el chef Sergi Arola ha preparado creaciones como el «Tartar de algas con langostinos», «Crema suave de mariscos de la ría», «Merluza de Burela con crema de grelos y navajas» o «Filloas rellenas de higos y arándanos sobre manzana asada».

Como segunda opción, el Papa podrá optar por «Pulpo a la gallega con algas», «Empanada de xoubas», «Queso de tetilla» o «Ensalada de otoño».