«Los beneficios de hacer la ruta, son superlativos ya que conoces mucha gente y refuerzas vínculos»
La Asociación Siero Jacobeo tiene una manera muy peculiar de hacer el Camino de Santiago. Sus más de 70 socios, con edades comprendidas entre 14 y 70 años, realizan etapas cada quince días. Están realizando el Camino Francés, desde Mansilla de las Mulas, y el de Norte, que tienen previsto acabar el próximo noviembre.
La agrupación, que surgió como escisión de la Asociación Siero-Noreña-Sariego, nació el 26 de noviembre de 2016 y su primer testeo fue el Camino Primitivo y la ruta que une Gijón con Covadonga.
Las etapas, en sus inicios, eran de casi treinta kilómetros pero con el paso de los años las redujeron a veinte. Mario Alonso Nieto, tesorero de la asociación, aseguró que «a muchos de nuestros socios les gusta parar a disfrutar de la cultura y de los paisajes que nos encontramos». Es por eso que, antes de cada etapa, dotan a los peregrinos de una nota informativa en el que se recoge el mapa y el perfil de la etapa que se va a realizar, así como todo lo interesante culturalmente que se puedan encontrar durante el camino.
El secretario de la asociación, Jorge Calviño Touriño, destacó que «el otro día pasamos por un roble que tenía más de 700 años. Parece una tontería pero si hubiésemos ido en coche, nos habría pasado desapercibido», dijo.
Los dos integrantes coinciden en que los benecifios de hacer el camino son «superparlivos» para cualquier persona ya que «conocemos multitud de peregrinos y reforzamos vínculos con los nuestros». Aunque el tiempo no lo permita, Siero Jacobeo seguirá en el camino.
