El caso del conde de Waldemar
Estábamos tan cansados que nos detuvimos en un albergue. El letrero,“recién desinsectado”, no presagiaba nada bueno, por lo que decidimos que, solo si el restaurante de enfrente estaba abierto y nos daban de cenar a las seis de la tarde, ambas cosas muy improbables en esta época del año, nos quedaríamos en el albergue. Por…
02 febrero 2011 / Mundicamino