Despacio y con buena letra vuelve Compostela a la normalidad, ante la imparable llegada de turistas que, pese al fin de la época estival, no cesa. Estos días, los visitantes se mezclan con quienes, animados por la vuelta al cole, vuelven a Santiago tras unas más que merecidas vacaciones. También se incorporan, poco a poco, los estudiantes universitarios ante el inminente comienzo del curso. El sonido de las maletas rodando sobre los adoquines, el ligero aumento del tráfico y las apresuradas compras de última hora en librerías y papelerías, se entremezclan con los cientos, miles, en ocasiones, de peregrinos que, cada día, siguen llenando la plaza del Obradoiro. Lo mismo ocurre con el resto de calles del casco antiguo compostelano, donde, durante los últimos meses, varios ciclos culturales se ocuparon de animar las plazas más representativas. Así, septiembre se presenta con ligeros cambios en el paisaje de la ciudad, a la espera de que el inicio del curso lectivo de pequeños y mayores, vuelva a llenar las carreteras de coches, atascos y prisas generalizadas.
