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El albergue poleso ve crecer un 15,5% los peregrinos con huéspedes de 56 países

07 noviembre 2019 / elcomercio.es

Por noveno año consecutivo, el albergue municipal de peregrinos de Pola de Siero ha aumentado sus pernoctas. A fecha 18 de octubre, el incremento de huéspedes era de un 15,5% con respecto al mismo día de 2018, según datos facilitados por la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Siero, Noreña y Sariego, que gestiona este equipamiento desde su apertura en 2010.

La cifra de peregrinos registrada hasta mediados de mes era de 1.959 personas procedentes de 56 países -diez más que en 2018- de los cinco continentes y de 45 provincias españolas. Después de los visitantes nacionales (445), los cuatro países con más peregrinos recibidos en Siero fueron Francia (293), Alemania (240), Estados Unidos (125) y Holanda (81). Y de España, encabezan los barceloneses (83), madrileños (70), valencianos (23) y asturianos (21). Desde su inauguración, han pernoctado en el albergue sito en el barrio de La Soledad un total de 12.274 personas.

El presidente de la asociación, Manuel Jesús Samartino, estima que 2019 se cerrará con más de dos mil visitantes: «Dependerá del tiempo; si permanece estable, en octubre hay afluencia, en noviembre baja y en diciembre es testimonial».

El grueso de los visitantes llegan desde el concejo de Villaviciosa. Los que recorren la etapa más corta vienen desde Valdediós (unos 17 kilómetros) y la más larga, desde Sebrayo (unos 30 kilómetros). Y los comentarios más recurrentes de los visitantes aluden a la calidad de las instalaciones y la óptima señalización del camino. «Hay una oficial, pero nosotros nos encargamos de ir vigilando que no falten esas señales», explica. Y desde hace tiempo, este colectivo acostumbra a colocar durante sus salidas unas flechas amarillas adhesivas, que permiten a los peregrinos familiarizarse con ellas.

Capacidad para 30 personas

El albergue poleso tiene una capacidad para treinta personas, con dos estancias con literas y camas abatibles, una habitación con dos camas y otra habitación adaptada para personas con discapacidad. Posee, además, dos baños con ducha, un salón comedor, una zona para guardar el material y un amplio jardín. «No suele ser habitual llegar al tope de su capacidad, salvo en días puntuales en pleno verano en que llegan grupos grandes de gente que se va juntando por el camino», comenta Samartino. En cuanto a la recepción de los huéspedes, miembros de la asociación están presentes a diario entre las 13 y las 19 horas. Y los que lleguen antes o después de ese horario, disponen de un teléfono de contacto a la puerta del albergue. La gran hospitalidad que se les brinda es otro de los comentarios más habituales de los visitantes.