El crecimiento de la ruta jacobea que parte de Ferrol es imparable: el año pasado atrajo a un total de 14.150 peregrinos, cuando en el 2013 la cifra no llegaba a 4.500
El poder de atracción del Camino Inglés parece no tener techo. Se nota cada vez más a pie de calle -donde ya no es raro tropezarse con peregrinos casi a diario, sobre todo en estos meses de verano-, pero también en los hoteles y alojamientos de la zona. Y sobre todo, en la Oficina de Atención al Peregrino del muelle de Curuxeiras, donde los caminantes suelen parar para recabar información antes de iniciar el trayecto hacia Compostela. «En Semana Santa ya notamos un pico importante y desde entonces la afluencia ha ido a más, sobre todo desde el pasado mes de junio, aunque lo más gordo vendrá entre mediados de julio y mediados de agosto», anota desde detrás del mostrador Beatriz Rodríguez, que se encarga de atender a los caminantes junto a su compañera Ana López. Lo que ellas cuentan sin aportar datos concretos se puede confirmar después con las cifras de las estadísticas oficiales de la Oficina de Acogida al Peregrino de Santiago, que no dejan lugar a dudas: la ruta que parte de Ferrol atrajo en el 2018 a un total de 14.150 personas, lo que supone casi un 25% más que las registradas en el 2017 (11.321) y más del triple que las que recorrieron el trayecto en el 2013 (4.404). Además, las estadísticas revelan que este itinerario no solo atrae cada vez a más peregrinos, sino que también ha conseguido subir peldaños entre las preferencias de los caminantes. Y si hace seis años el Camino Inglés se situaba como la sexta ruta más utilizada, en la actualidad ocupa el quinto puesto del ránking, por detrás del Francés, el Portugués, el del Norte y el Primitivo, pero adelantado ya a otros trayectos, entre ellos el Portugués de la Costa, la Vía de la Plata o el Camino de Invierno. ¿Qué es lo que lleva a los peregrinos a decantarse por este trayecto en concreto? Las técnicas de la Oficina de Curuxeiras lo tienen claro. «A la gente le gusta porque no está tan masificada como otras rutas y, además, se trata de un itinerario corto, que no llega a los 120 kilómetros, por lo que se puede hacer en pocos días», comenta Beatriz Rodríguez. También apunta que los caminantes hablan maravillas de la ruta inglesa, aunque siempre hay quien le pone algún «pero». «De lo que más se quejan es de que Ferrol no cuenta con albergue de peregrinos», precisa esta técnica de la oficina del muelle.
