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El destino del Camino es la Divinidad

09 mayo 2010 / Mundicamino

Los ponentes concluyen que la ruta jacobea es «un ejemplo».

El Camino de Santiago es un itinerario abierto a todo el mundo, y aunque haya distintos Caminos el destino es uno solo: la búsqueda de la Divinidad. Esta es la principal conclusión del Congreso Internacional ‘La ruta jacobea y los caminos de religión y cultura’ clausurado ayer en Burgos tras la celebración de una decena de ponencias de expertos internacionales en el Camino.

«Por encima de las diferentes concepciones de la peregrinación, ha quedado de manifiesto en las intervenciones de los ponentes que hay un hilo conductor común, con el cual el homo viator aparece a lo largo de su sagrada andadura, como forma ascética de comunicación con la divinidad».

Para los expertos, el Camino de Santiago es un modelo, un ejemplo que muchos países europeos y extraeuropeos están siguiendo, especialmente en el aspecto de la organización y de la preparación física y espiritual. En este sentido, los expertos consideran que son «mucho más numerosos los elementos que unen que los que separan a los peregrinos de las distintas religiones y culturas. «Todos los Caminos desarrollan la función de mantener las tradiciones del pasado y conservan y transmiten los fundamentos de las diferentes civilizaciones».

Todos lo ponentes han coincidido en afirmar que no son partidarios de un Camino o de otro, que se que se debe es conservar las tradiciones para poderlas legar a las futuras generaciones. Asimismo, han subrayado que «en todos los Caminos hay un componente de esfuerzo y superación, que implica una purificación y una elevación, es decir, un acercamiento a Dios. Todos buscamos a Dios a través de un proceso de purificación. La meta no es el final del Camino, porque la meta siempre está ‘más allá’».

Para finalizar, los ponentes han querido destacar que los peregrinos recorren el Camino para encontrarse con la parte positiva de sí mismos, esto es, para encontrar «la chispa divina que hay en cada ser humano», siendo lo valores que fomenta la peregrinación la tolerancia y la superación: «la peregrinación es un viaje del cuerpo, pero sobre todo un viaje de la mente».