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Esto va a más

09 septiembre 2010 / Mundicamino

En tres años se ha duplicado el número de peregrinos del Camino del Norte hacia Santiago, que atraviesa Bizkaia. Se hace necesaria una mejora de las infraestructuras.

El Camino del Norte hacia Santiago no cesa de captar adeptos. Cada año aumenta el número de peregrinos que eligen esta ruta en lugar de la más utilizada, conocida como Camino Francés, que arranca en Saint-Jean Pied de Port (Francia). Esto es lo que revelan las cifras facilitadas por la Asociación Amigos del Camino de Santiago de Bizkaia, que atiende cinco albergues (Markina, Lezama, Bilbao, Portugalete y Pobeña).

Hasta el pasado 31 de agosto, el número de pernoctas registradas en estos establecimientos había sido de 8.683, medio centenar más de las que se produjeron durante todo 2009. Hay que tener en cuenta que este guarismo crecerá, ya que tres de los albergues (Markina, Lezama y Pobeña) permanecerán abiertos hasta finales de este mes. Las previsiones son que el ejercicio se cierre con alrededor de 10.000 pernoctas. En los últimos tres años, la cifra de caminantes que optan por esta vía prácticamente se ha duplicado.

«Esto va a más», advierte José Javier Castañeda, miembro de la Asociación. «En Pobeña, este año ha habido personas que han tenido que dormir en el pórtico de la iglesia. Y en Bilbao hemos cambiado las escuelas de Basurto por el antiguo centro cívico de Altamira, donde cabe más gente. Estamos hablando con las instituciones para ver qué podemos hacer, porque el crecimiento de peregrinos es del 25% de un año para otro», asegura. El Camino es un reclamo turístico que convendría cuidar, opina Castañeda. «Algunos peregrinos vienen y se quedan tan encantados que luego regresan con sus familias para disfrutar del entorno de otra manera», apunta.

Franceses, alemanes y catalanes son los caminantes más numerosos por la ruta del norte, más dura que el Camino Francés por la orografía. En compensación, ofrece paisajes que son un regalo para los ojos. «No sabría con cuál quedarme. Las dos tienen su encanto. Hay que hacer ambas», anima Castañeda.