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Marcelino Oreja considera que el Camino de Santiago inspira un humanismo que es fuente permanente de espiritualidad

08 mayo 2010 / Mundicamino

El ex ministro de Asuntos Exteriores destaca “los valores de trascendencia” de la ruta, que “unifican las diversas culturas sin que pierdan su originalidad”

El ex ministro de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, manifestó esta mañana, en el transcurso del Congreso Internacional ‘Los Caminos Sagrados’, que la ruta jacobea ha acrisolado a lo largo de los siglos una serie de valores “que para los cristianos son una fuente permanente de espiritualidad”. Además, apuntó que permite “una lectura más allá de la opción confesional o religiosa de cada peregrino, pues se inscribe en el marco más amplio de una vivencia como una experiencia personal de carácter espiritual”.

Para Oreja, la propia experiencia de los romeros, “lo que el Camino ha influido en ellos”, lleva a comprobar que la peregrinación “implica una disposición personal que se traduce en la práctica de unos valores que hoy mantienen su validez y vigencia como la solidaridad, el esfuerzo compartido, la búsqueda de un ideal común, la convivencia, el diálogo o el conocimiento del otro”. “Por eso, hoy como ayer, quienes caminan a Compostela regresan como personas nuevas, cualquiera que sea su pensamiento original”, indicó el también presidente de la Fundación Ad Sanctus Iacobum Peregrinatio.

Para Marcelino Oreja, alguien “que ha conocido nuevos horizontes, que ha compartido con otras personas algo bellísimo que es la condición anónima de caminante, y que al mismo tiempo se encuentra consigo mismo, se ve abocado a la propia naturaleza del Camino, a la idea misma de trascendencia”.

Quien defendió como secretario general del Consejo de Europa la declaración del Camino de Santiago como Primer Itinerario Europeo, no podía pasar por alto su “inmenso” valor patrimonial: “Ha sido una vía de civilización, por la que discurre el arte románico y el gótico, la literatura épica, la lírica de los trovadores, en la que se funde la música erudita y la popular. Una vía en las que la afluencia de peregrinos lleva no solo a la construcción de iglesias, de monasterios, de hospitales, de fuentes y refugios, sino también a la fundación de ciudades y de pueblos”. Y todo ello, recalcó, “hizo posible el entendimiento más allá de las fronteras en un tiempo de difícil comunicación individual y colectiva”.

Valores trascendentes

Oreja resaltó que “los valores de trascendencia” del Camino “unifican a las criaturas humanas sin que estas pierdan su propia especificidad, sin que las diversas culturas que llegan a la meta pierdan su originalidad”. “Porque hay algo que unifica, religa a esas culturas y no es probablemente ni la biología de la naturaleza humana, ni los factores socioeconómicos, ni los condicionantes políticos, hay algo que, para quienes creemos, vuelve al hombre a sus raíces más primigenias, más esenciales, y es una fusión cordial con la trascendencia”.

Junto a esta “atadura trascendente” también existe otra, “que son los valores de la cultura europea”. “Es una enorme y tenaz memoria la que nos muestra hasta llegar a Santiago. Son algo así como el sedimento de Occidente, y el conjunto de estas normas forman el cogollo de la cultura europea”, añadió.

En su opinión, en esa unión entre el Camino y Europa hay tres elementos decisivos: “La dignidad del hombre y los derechos humanos; la familia y el matrimonio; y la cuestión religiosa”. Marcelino Oreja aseguró que “Europa debe fijar los valores, principios y fundamentos de su ordenamiento jurídico, de su proyecto moral y de sus objetivos culturales” y expresó su deseo que de éstos lleguen “desde el consenso”.

Respecto al estado de salud del Camino de Santiago, aseguró que es “excelente”, porque “ha cogido una enorme fuerza y se ha universalizado”, algo que, a su juicio, resulta “hermosísimo”, porque se trata de una ruta “de universalidad, en la que se funden “la cristalización, el espíritu, la religión, incluso unos valores laicos que son hermosísimos y respetabilísimos”. “Para mí como cristiano me emociona mucho lo que significan los valores del Camino, pero creo que está abierto a todos aquellos que creen en las ideas de libertad, de solidaridad, de hermandad”.

El ex ministro también dedicó unas palabras de agradecimiento a los promotores del congreso por haberlo realizado en Burgos, “un lugar ligado histórica y tradicionalmente al Camino, que lo ha cuidado y vivido especialmente”.