Apostol

Camino Catalán I

Etapa

5

Cultura

Bellpuig

Pese a que los orígenes de la villa se remontan a bastante antes del primer milenio, realmente no se puede hablar de términos territoriales apropiados hasta el año 1139, fecha en la que Berenguer Arnau es confirmado como titular de la Baronía que integraba la jurisdicción de Bellpuig, Seana, Castellnou de Seana, Sant Martí de Maldà, Vilanova de Bellpuig, Golmès, les quadres de Montperler y els Eixaders, conformando la citada Baronía de Bellpuig. En el siglo XV se les agregarán Linyola, Utxafava, la Cendrosa, els catells de Bellestar y Almassor. Actualmente estos territorios pertenecen a Penelles e Ivars d’Urgell.
Las amenazas de excomunión procedentes de Roma, por el deseo de seguir aumentando su poder con la ampliación de territorios, fueron una grave presión sobre su titular, aunque posteriormente, Guillem I d’Anglesola, procedente de una importantísima familia, vital por su participación en la reconquista definitiva del territorio catalán a los musulmanes, va a obtener el permiso necesario para crear una Encomienda Templaria en Barbens en el año 1161.
Un momento crucial en la historia de este pequeño territorio fue cuando Ramon d’Anglesola fallece sin descendencia, heredando la Baronía su hermana Beatriu, viuda de Hugo, vizconde de Cardona, y, madre de Hugo II de Cardona-Anglesola, primer conde de Cardona, els Cardona-Anglesola, y titular de la baronia.
Posteriormente, Ramon Folc III de Cardona-Anglesola, nacido en Bellpuig en 1467, se convirtió en una figura importante tras sus victoriosas campañas militares en el norte de África e Italia. Ascendió al grado de capitán general de la Santa Lliga en 1511 y murió en Nàpoles el 1522, ya duque de Somma y conde de Palamós. Su único hijo, Ferrán de Cardona-Anglesola y de Requesens, consiguíó el almirantazgo de Nápoles y vivió entre Barcelona e Italia, con muy breves estancias en Bellpuig.
Su sucesor fue su hijo Antoni, primer duque de Sessa. Sus descendientes pasaron a autodenominarse Cardona-Fernández de Córdoba y todos ellos se convirtieron en destacados varones en la política de la época, consiguiendo, por sus méritos, emparentar con la más alta nobleza castellana.

Castellnou de Seana

Es una localidad ubicada en el sector de levante de la comarca, en el valle del río Corb.
A parte de las excavaciones que nos indican donde y en que lugar estuvo el poblado de Castellnou, es en el siglo XII cuando podemos certificar su nacimiento como núcleo de población, así nos lo confirma su carta de población.
Carta de Poblament de Castellnou de Seana (25 de maig de 1179).
Esta carta fue otorgada por Guillem d’Anglesola y su mujer Arsendis a los cuarenta y siete pobladores de Castellnou, a los que hacen donación determinando todos sus límites y fronteras. La fecha de la copia del trasunto pergamino es del 19 de enero de 1230, o sea cincuenta y un año después de hacerse efectiva su donación en 1179.
Fue a raíz de su delimitación cuando pasó a llamarse Castellnou de Seana, por una de las partidas cercanas llamada Sesana y que derivó en Seana, situada al nordeste del término de Castellnou
Totalmente reformado, ha conservado muy escasos vestigios históricos y escasas muestras de su antaño rico patrimonio artístico. De su anterior aspecto, conserva el entorno de la Plaza de la Iglesia que puede facilitarnos imaginar cómo sería el antiguo Castellnou.

El Palau d´Anglesola

Parece ser que sus orígenes proceden de un palacio o almunia árabe. Esta alquería fue sometida, durante la conquista de la zona, por los condes de Barcelona, durante la segunda mitad del siglo XI. Cien años después, durante las acciones repobladoras del monarca Alfonso I el Casto, un anglesola, Gerbert d’Anglesola, colaboró con los Templarios.
En 1330 el monarca Alfonso III el Benigno incorporó esta zona dentro de la veguería de Tàrrega.
En 1373, el Palau depedía del monarca castellano Enrique II.
El palacio-castillo de la población fue reformado durante el siglo XVII. Con la llegada de la nueva dinastía borbónica y la proclamación del Decreto de Nueva Planta de Felipe V, el Palacio quedó incorporado al Corregimiento Lérida.

Bell- Lloc DUrgell

Bell-lloc d’Urgell y su término municipal, ha sido un lugar de paso desde tiempos inmemoriales. Los primeros rastros humanos localizados son de la primera edad del hierro y llegan hasta la época romana.
Referente al periodo de dominación romana, existieron alguna que otra torre habitada y diseminada por lo que es actualmente su término. Así nos lo demuestra la cerámica y otros objetos que se han ido encontrando, con motivo de la nivelación de diferentes tierras de cultivo.
El término de Bell-lloc constituyó una vía de paso a la época romana y por él pasa la vía romana que comunicaba Ilerda con Barcino. En la actualidad, la carretera N-II coincide en muchos de los lugares de su trazado con aquel antiguo camino romano.
El dato histórico más antiguo, en la que aparece por primera vez el nombre de Bell-lloc, corresponde a la Ordenación de la Iglesia Catedral de Lleida, realizada en el año 1168, en la que se hace donación a la mensa episcopal de la misma, la iglesia de Belloloco (Benlloch) y la de Avincellon, Alamús, y en la que sus habitantes deberán entregar la cuarta parte de los diezmos.
La principal fuente de riqueza hasta comienzos del siglo actual, era la viña. Había grandes plantaciones y muy bien cuidadas. El vino que se elaboraba tuvo siempre muy buena aceptación, y por este motivo se instalaron algunas industrias que, durante la época de la vendimia daban trabajo a bastantes obreros.

Lérida

Los ilergetes, de origen íbero, forman un pueblo constituido a mediados del siglo VI aC. Su hábitat se sitúa en lugares elevados, por tanto, es fácil imaginar Iltrida la cima de la Roca Soberana.
Sus caudillos más significativos fueron Indíbil y Mandonio, que defendieron los ilergetes de los cartagineses y los romanos. Una vez vencidos, alrededor del año 205 de nuestra era, la ciudad pasa a llamarse Ilerda. Las crónicas romanes hablan de una ciudad fortificada con un puente de piedra que constituía un municipio creado en tiempos del emperador Augusto. El municipio poseía fértiles huertas que, a finales del siglo III, fueron destruidas por bandas de bárbaros germánicos.
Hacia los años 716-719, Lleida fue ocupada por los sarracenos. Cuatro siglos de convivencia marcaron el carácter de la ciudad.
En octubre de 1149, la ciudad se rindió a las tropas de Ramón Berenguer IV id’Ermengol VI de Urgel. Se otorga la Carta de Población a la ciudad en 1150.
En 1300, Jaime II estableció el famoso Estudi General, que será el único centro de enseñanza superior de la Corona de Aragón hasta finales del siglo XV.
Desde 1382, el gobierno de la ciudad se instala antiguo Palacio de los Sanaüja, obra significativa del románico civil. A partir de ese momento, el edificio pasa a denominarse Palau de la Paeria. El nombre de Paeria corresponde al privilegio de Jaime I (1264), que sustituye el antiguo consulado, de origen romano, por Paeria como forma de gobierno municipal.
En el siglo XVIII, la ciudad recupera su imagen y dimensión. Bajo el reinado de Carlos III se construye la Catedral Nueva.
Actualmente, la ciudad de Lleida, ha adecuado sus infraestructuras para acoger los diferentes barrios que se han unido al centro gracias a la construcción del Puente Nuevo (1973), el Puente de la Universidad (1993), del puente de Pardinyes (1995), la pasarela de Blondel (1997) y la recientemente inaugurada pasarela de la avenida del Segre (2003).