Apostol

Camino del Cid Campeador

Etapa

1

Cultura

Valencia

Valencia fue fundada en el año 138 a.C., durante el consulado de Décimo Junio Bruto, con el fin de instalar a los soldados licenciados, a quienes repartió tierras cercanas a la nueva ciudad. Los trabajos arqueológicos han demostrado la existencia del primer asentamiento, agujeros para postes de cabañas y tiendas de campaña; tal vez responda a la intención de contar con un refugio provisional, que con el tiempo, daría paso a sentamientos más estables y, por lo tanto, a construcciones más sólidas. La vida en la colonia conoció una gran prosperidad, como muestra el hecho de que llegó a acuñar moneda propia.
La ciudad fue destruida en el año 75 a. C. durante la guerra entre Pompeyo y Sertorio. En el yacimiento de la Almoina se han descubierto los restos descuartizados de varios soldados junto con sus armas. Esta masacre provocaría el casi total abandono del núcleo urbano durante al menos cincuenta años.
A mediados del siglo I, la ciudad ya se había recuperado y comenzaba una etapa de esplendor económico, social y artístico. Este esplendor durará hasta la segunda mitad del siglo III, ya que Valentia sentirá los efectos de la decadencia del Imperio Romano, que conducirá al mundo occidental a un largo periodo de decadencia. En esta etapa,la ciudad reduce su perímetro y ve despoblarse barrios enteros; se abandonan las redes de infraestructuras, etc. Desde mediados del siglo IV pudo existir una comunidad cristiana en la ciudad organizada en torno a la figura de San Vicente, martirizado en el año 304.
En el siglo V, el más duro de la larga crisis, la Iglesia toma las riendas de la ciudad y los edificios de culto cristiano fueron reemplazaron a los antiguos templos romanos. Con el obispo Justiniano, en el siglo VI, Valentia logró alcanzar una pequeña recuperación. La invasión bizantina del sudoeste de la península en 554 convirtió a Valentia en un importante punto estratégico, lo cual llevó a que se instalaran en ella las tropas visigodas. Una vez expulsados los bizantinos en el 625, se inicia una etapa oscura, en la que parece que quedó muy reducido el nivel de vida en la ciudad.
La primera etapa de dominio musulmán constituye un periodo oscuro para Valencia (Balansiya).Abd al-Rahman I, primer emir de Córdoba, destruye la ciudad, pero más importante fue la figura de su hijo, Abd allah al-Balansi, que ejerció un gobierno autónomo sobre el área valenciana, y ordenó la construcción del lujoso palacio de la Russafa, cuyos restos no se han encontrado.
En época califal Balansiya se recupera económicamente. Pero el verdadero esplendor llega con la caída del califato de Córdoba, en el 1010, y su sustitución por los reinos de Taifas, uno de ellos el de Valencia.
A finales del siglo XI, Rodrigo Díaz de Vivar, guerrero burgalés en malas relaciones con el rey castellano Alfonso VI´, que le había desterrado, consigue el control de Valencia, la cual permaneció en manos de las tropas cristianas hasta el 1003. A su marcha, los almorávides ocuparon la ciudad y reinstauraron el culto musulmán, instalando un gobernador a su frente.
La decadencia del poder almorávide coincidió con el ascenso de una nueva dinastía norteafricana, los almohades, que se hicieron con el control de la península a partir del 1145.
En las primeras décadas del siglo XIII, la ciudad se refortificó ante el avance feudal. Jaime I, al conquistar Valencia en 1238, zanjó cinco siglos de cultura musulmana, aunque no logró borrar su herencia cultural.
Tras su victoria, los cristianos expulsaron a la población musulmana y la ciudad fue repartida en lotes entre los vencedores. Jaime I promulgó nuevas leyes «Els Furs», que más tarde haría extensivas a todo el reino de Valencia.
El siglo XIV puso a prueba a Valencia, que sufrió la Peste Negra de 1348 y las sucesivas oleadas epidémicas de años posteriores. Políticamente se vió afectada por una revuelta ciudadana contra los excesos de la monarquía, la llamada «Guerra de la Unión». La guerra con Castilla terminó de desestabilizar a la ciudad. A todo esto hay que sumar la dificilísima convivencia entre las comunidades, cristiana, judía y musulmana.
A finales del siglo XIV fueron especialmenteviolentos los conflictos entre las familias patricias valencianas, que se alinearon en dos bandos rivales, dentro del conflicto dinástico abierto por la muerte sin descendientes del rey Martín el Humano, que terminó con el Compromiso de Caspe y en la entronización de la casa de Trastamara en la corona catalano-aragonesa.
En el siglo XV Valencia vivió una etapa de gran desarrollo económico y esplendor cultural y artístico gracias a sus mercaderes. A finales de siglo se construyó la Lonja, centro de transacciones. El esplendor económico provocó el mismo nivel de esplendor artístico y cultural. Valencia construye sin parar algunos de su edificios más emblemáticos.
En literatura, el rey Alfonso el Magnánimo, ejercerá un fructífero mecenazgo.
En el siglo XVI, también llamado época virreinal, Valencia perdió su hegemonía como consecuencia directa del descubrimiento de América que cambió los ejes de la política internacional, quedando reducida a capital regional.
Valencia entra en la Edad Moderna de la mano de una guerra civil, la revuelta de las Germanías, que enfrentó a los artesanos y labradores, bajo clero y pequeña burguesía, con la nobleza, el alto clero y la alta burguesía.
La Revolución cultural del Renacimiento se cultivó en los círculos cortesanos vinculados a la corte virreinal, sin que el pueblo llegara a enterarse. Se tradujo al valenciano obras como El Cortesano, de Lluís Milà, o la Historia de Valencia, de Antoni Beuter.
En 1609, recién estrenado el siglo XVII, se promulgó el Decreto de expulsión de los moriscos. La repercusiónfue escasa en Valencia por el escaso número de moriscos que quedaban en ella, pero sí tuvo mucha incidencia en las rentas de los nobles, la mayoría de los residentes en la capital. Esto fue muy negativo a largo plazo para la economía valenciana.
El largo reinado de Felipe IV (1621-1665), supuso el reforzamiento del absolutismo, lo que quedó plasmado en el progresivo control de los cargos municipales por el rey y su injerencia en las competencias que los fueros atribuían a la ciudad. Las tensiones estallaron en 1633 con el levantamiento de los labradores de la huerta contra los impuestos abusivos sobre la producción y el consumo dentro del término municipal. Tras varias disputas, se llegó a un acuerdo que dejaba satisfechos a ambos bandos.
Además Valencia hizo frente a sucesivas epidemias de peste que diezmaron la población y a una riada del Turia en 1651. La economía estuvo estancada casi todo el siglo y sólo se recuperó mínimamente en las últimas décadas, en parte por la crisis política que vivió Cataluña en esos años.
El siglo XVIII, con la muerte sin descendencia de Carlos II, se inicia con un conflicto dinástico que desembocará en la guerra de Sucesión, en la que se ven implicadas las principales potencias europeas del momento. La victoria del pretendiente francés, nieto de Luis XIV, entroniza a los Borbones en España en la persona del nuevo monarca: un jovencito que reinará con el nombre de Felipe V. En la contienda, Valencia apoyó primero a Felipe, pero más tarde se pasó a las filas del Archiduque Carlos de Austria. Este desafortunado movimiento político, le costaría a la ciudad la regia enemistad y con ello el denostado «Decreto de Nueva Planta» a través del cual, el rey abolía los fueros valencianos y decidía el sometimiento del reino y su capital a las leyes y costumbres de Castilla.
Económicamente, el siglo XVIII proporciona a Valencia una etapa de recuperación, que viene de la mano de la manufactura de tejidos de seda y la azulejería.
En el plano intelectual, el siglo de las luces. encontró a

Alboraya

Meliana

Albalat dels Sorells

Massamagrell

La Pobla de Farnals

El Puig