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Cultura

A Coruña

Las riquezas minerales de la zona pusieron a estos territorios en el punto de mira de los romanos, quienes arribaron a las costas gallegas en el siglo II a. C. Junto a los intereses militares, tenían un papel fundamental la colonización y el reclutamiento de soldados.
En el año 62 a. C. Julio César llega a Brigantium (La Coruña actual), en busca de la ruta de los metales, para establecer contactos comerciales con Francia, Inglaterra y Portugal.
La colonización de las pobres tribus de pescadores coruñeses fue tan rápida que en muy poco tiempo los romanos convirtieron el primitivo villorrio en una ciudad de cierta importancia en el comercio marítimo (construcción del Faro).
Tras la caída del Imperio Romano, pocos documentos hay de la ciudad. Los historiadores suponen que sufriría las invasiones de los pueblos del Norte de Europa, que en el siglo V, penetraron en España.
Los árabes lo tuvieron mucho más difícil que los romanos, dada la brava resistencia presentada por los gallegos.
El acontecimiento más importante fue el desembarco en el Faro Brigantium de los temidos Normandos en el año 846.
Durante el siglo XVII la ciudad experimenta una dura caída en el favor real y es castigada con numerosos impuestos y onerosos servicios. La Hacienda Real no se cansa de solicitar a la ciudad hombres, ganados y avituallamientos para las numerosas contiendas que mantiene con las monarquías vecinas.
En estos momentos el Capitán General y Gobernador Diego das Mariñas mejorará las fortificaciones de la plaza; se construye la Puerta de San Miguel y se amplía la muralla.
La Coruña vivirá sus particulares experiencias durante el siglo XVIII, el llamado Siglo de Las Luces,traerá a España un cambio de dinastía, poca Ilustración, frenada por los ministros de Felipe V y muchos problemas de distinta índole.
En el siglo XIX, La Coruña participará activamente en toda la agitación política de la muerte del rey Fernando VII sin sucesión, las contiendas entre los isabelinos y los carlistas, las Guerras Carlistas subsiguientes, la expulsión de la Reina Isabel II, el pronunciamiento de Riego y otros hechos políticos que marcarán la historia del país.
Destacada será también la intervención de esta ciudad en los períodos históricos que siguen como la Restauración Monárquica, la República, la Guerra Civil y la Transición Democrática.

O Burgo (Culleredo)

Los orígenes de esta localidad gallega permanecen envueltos en la indeterminación. Las citas aparecidas en documentos medievales de Burgo do Faro y A Coruña son confusos y no contribuyen a dar una interpretación histórica acertada. Todo ello se debe, en gran medida, a los errores de los historiadores de la antigüedad. Tras el exterminio de la Orden del Temple, el señorío del Burgo pasó a depender de los Señores de Andrade (siglo XIV). La población no olvidó el tiempo de permanenecia templaria y en su recuerdo se mantuvo el nombre de Mariñas dos Frades.
Más recientemente, a principios del año 1809, unos días antes de la batalla de Elviña, entre las tropas inglesas y las napoleónicas, el irlandés Moore ordenó volar el puente de O Burgo para dar tiempo al reembarque de sus tropas hacia Inglaterra.
En sus momentos de esplendor, O Burgo fue una villa fuerte, resguardada de piratas y de los intensos vientos dentro de su estrecha ría. Esa posición privilegiada fue también la «espada de Domocles» para O Burgo, que poco a poco vió como los aluviones fluviales restaban calado a sus aguas y como, por tanto, el comercio marítimo se iba desplazando hacia la vecina A Coruña.
Todos estos hechos hacen de O Burgo una población digna de visita, al ser un reflejo vivo del paso de nuestra historia.

Cambre

Los primeros indicios de asentamiento están estrechamente ligados con los primitivos caminos que discurrían por las colinas y valles de estas tierras e íntimamente vinculados desde el Neolítico a las necrópolis megalíticas.
Estos datos se deducen de la importancia de los restos de cámaras megalíticas en los límites municipales de Coral y Cambre. Es muy interesante la necrópolis de Culleredo, en el Monte das Arcas, que más tarde comunicaría con el Camino Inglés a Santiago en la localidad de Sigrás. También hay noticias de una mámoa (túmulo megalítico) en el castro de Gosende en la parroquia de Andeiro.
A pesar de todo, los restos más importantes de la prehistoria pertenecen a la Edad de Hierro (varios castros); además de los petroglifos en el impresionante castro de Sigrás, perteneciente a la Edad del Bronce Atlántico.
la importancia de la cultura castreña en esta zona le hace pervivir aún durante la dominación romana y hasta en plena época medieval. Tras la crisis ycaída del Imperio Romano y las sucesivas invasiones de los pueblos del Norte, se piensa que Cambre pudo ser habitada por el pueblo suevos, integrados inmediatamente en la cultura indígena.

Sigrás

Ancéis

Bruma (Mesía)

Las tierras de este municipio le fueron concedidas a un tal Gómez Pérez das Mariñas por el rey Juan II, en el siglo XIV, en régimen de Señorío y Tenencia. El caballero era, igualmente, Señor de A Coruña y de As Mariñas y poseía una torre en Mesía, heredada tras agrias luchas entre varios nobles y arzobispos de Santiago de Compostela. Durante la tristemente célebre revuelta de los lrmandiños, en 1467, fue derribada. Reconstruida de nuevo, le fue concedida a Gonzalo Díaz.
Sus habitantes ven pasar los siglos sometidos al tradicional régimen feudal. Tendrá que llegar el siglo XIX y el desgraciado episodio de las Guerras Carlistas para que Mesía entre en la Historia con mayúsculas. Don Carlos, pretendiente al trono, proclamó abanderado a Antonio López en Mesía. Era éste un antiguo oficial integrante de los «voluntarios realistas», y primer jefe de las partidas carlistas combinadas.