San Cristovo de Cea
Iglesia parroquial

Conjunto etnográfico

Santuario de Ntra. Sra. de La Saleta

Pieles
Monasterio de Oseira
Monasterio de Oseira

El monasterio de Oseira fue una fundación de la orden Benedictina en el año 1137, que contó, además con la protección del monarca Alfonso VII. El monasterio se aadhirió a la orden cisterciense años más tarde. Los fundadores del cenobio fueron directamente instruidos por un grupo de religiosos enviados por San Bernardo desde su monasterio de Claraval. Se escogió un enclave apartado de cualquier núcleo humano y se comenzó la construcción del templo en los siglos XII y XIII, según el patrón estilístico de la Catedral de Santiago de Compostela con girola en la cabecera- como todos los templos en los lugares de peregrinación ( cuenta con una hermosa imagen de la Virgen de la Leche)-y siguiendo los dictados de la Orden- nave central abovedada en cañón, sin triforio y decoración muy sencilla con capiteles de formas geométricas.
La gran cúpula sobre nervios, apoyada en trompas, que ocupa el centro del crucero se construyó a finales del siglo XIII y se atribuye a un monje llamado Fernán Martínez. Las capillas de la girola están totalmente transformadas debido a sucesivas reformas, sólo se conserva una capilla románica. La Sala Capitular se construyó finalizando el siglo XV; presenta cuatro columnas centrales de fustes estriados y retorcidos, de los cuales arrancan haces de nervios entrelazados por terceletes formando una peculiar bóveda.
El monasterio fue destruido por un incendio en el siglo XVI. La restauración posterior levantó el coro a los pies del templo, los claustros y la nueva fachada de estilo barroco del templo con las dos torres campanario, en 1647. El conjunto monasterial posee tres claustros: el de los pináculos, el de los medallones y el de los caballeros. Estas magníficas obras de arte quedaron destrozadas tras el periodo desamortizador de 1835. El monumental conjunto se empezó a restaurar en 1930 y la Orden Cisterciense sigue llevando a cabo obras de reconstrucción periódicas para preservar esta maraviloosa obra de arte de las temibles humedades gallegas.
A Gouxa
Cruceiro
