El 4 de diciembre de 1985, la UNESCO declaró a Santiago Ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad. El título es concedido a aquellos lugares y monumentos de valor cultural o natural excepcional con el objetivo de proteger su conservación. Un hito histórico del que se han cumplido 30 años, durante los cuales la ciudad se ha desarrollado poniendo especial atención al cuidado del patrimonio. Gobierno y oposición coinciden en que el reto ahora es lograr combinar esa protección con el bienestar ciudadano.
En el caso de Santiago, su belleza e integridad monumental, así como su relevancia como destino religioso y cultural fueron elementos a tener en cuenta para esta declaración, que afecta a toda la parte histórica. El título propició el impulso de la ciudad durante la década de los 80. El despegue turístico ha ido consolidándose de forma progresiva y ascendente. Diversos sectores económicos y actores políticos tienen claro que el reconocimiento de Santiago como Patrimonio de la Humanidad ha tenido (y tiene) mucho que ver con ello.
Paralelamente, se han ido ejecutando distintos proyectos de rehabilitación y de recuperación de la parte histórica. Una hoja de ruta que comenzó en 1987, con la revisión del Plan Xeral y la redacción del Plan Especial de protección y rehabilitación de la Ciudad Histórica.
Un factor clave en el desarrollo de la urbe son el Camino de Santiago y el fenómeno de la peregrinación. A lo largo de estos 30 años, los distintos gobiernos municipales y autonómicos han puesto en marcha políticas y acciones dirigidas a consolidar la ruta como una alternativa turística internacional. De hecho, las cifras de peregrinos se superan cada año. Solo durante el pasado mes de noviembre, la Oficina de Peregrinaciones recibió a 5.229 caminantes. En el mismo mes del último Año Santo, el 2010, fueron 8.076. Según las previsiones de la Xunta, el 2015 podría cerrarse con un total de 250.000 mil Compostelas.
Desde 1941, Santiago ha recibido otros 28 títulos relacionados con el patrimonio y su conservación. El último, en 2010, cuando se le otorgó el Premio Ciudades Patrimonio de la Humanidad, otorgado a la Oficina de la Ciudad Histórica y de Rehabilitación por su actuación en el casco histórico.
El Ayuntamiento ha preparado un acto conmemorativo que se enmarca dentro de una campaña que lleva por lema «Santiago no corazón, os corazóns de Compostela», en referencia a los habitantes de la ciudad y, en concreto, del casco histórico.
