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Cultura

Fisterra - Finisterre

Las particularidades geográficas de la localidad , el Cabo Nerio de los geógrafos grecorromanos, atrajo la atención de los antiguos historiadores, quienes hablaron de ella, aunque sus datos carecen del rigor de la historiografía moderna.
De época romana, y entremezclados con restos de ocupaciones anteriores, se han descubierto en las parroquias de Duio múltiples restos que confirman la existencia de una población importante. La tribu celta de los nerios habitaba estas tierras y es posible que en la zona llana de Duio tuviera su principal asentamiento. De la época sueva se conserva una documentación que nos habla de un castigo infligido por el rey Reckila a la ciudad de Dugium, Duio en época medieval, por haber destruido sus habitantes los templos celtas y arrianos.

San Martiño de Duio

Lires

A la entrada del pueblo, se encuentra la Iglesia parroquial de Santo Estevo, del siglo XVIII. La ria de Lires, es un plácido espacio natural frecuentado por numerosas aves. Existe el enorme arenal de Nemiña, cuyas arenas y dunas parecen ascender al monte, empujadas por el viento.

Frixe

Morquintián

Muxia

Muxía, obtuvo el preciado estatuto de villa alrededor del año 1345. Este pueblo marinero, cuyas casas están construidas encima de la montaña de arena, formada entre la península que culmina en el Monte Corpiño y el Monte Enfesto en la zona sur, conserva en su parte más antigua varias preciosas casas de cantería, con sus galerías y patines, dentro del más perfecto estilo marinero.
Las primeras casas estaban en la ribera, al abrigo del Monte Corpiño, donde estaba la antigua playa.
La plaza del Cabo da Vila conformaba el extremo sur del núcleo urbano. La zona de la Camposa era la zona más llana, donde se estaban las pocas tierras de cultivo de sus habitantes.
Es realmente dificultoso indagar el origen y fecha de fundación de la villa de Muxía por la falta de documentación. Su origen estaría vinculado, sin lugar a dudas, a la existencia del Monasterio de San Xiao de Moraime, de gran influencia durante toda la Edad Media sobre las tierras que protegía; el Santuario de la Virxe da Barca y la presencia del Conde de Altamira, cuyo lugarteniente, el Capitán Fernán Álvarez de Carantoña, poseía un pazo en la villa, en el lugar de Pena do Pazo.
A principios del S.XIX sobresalía por su importancia pesquera, sobre todo las capturas de sardina y congrio;
a mediados de siglo, yatenía funciónes comerciales y de servicios con respecto al resto del municipio. También empezó a destacar en el arte del encaje por la extraordinaria habilidad de sus encajeras.
Hoy día Muxía es una villa marinera que actúa de centro comercial y de servicios de todo su término municipal, lo que le aporta vitalidad al convertirla en un foco de atracción para los habitantes de los contornos.