Apostol

Ruta de la Lana II

Etapa

8

Cultura

Baides

Baides esdesde muy antiguos tiempos un enclave señalado e importante como lugar de paso y pontazgo sobre el Henares.aquí pasaba la calzada romana desde Mérida a Zaragoza, pues algunos hallazgos esporádicos así lo atestiguan.
Tras la reconquista de la zona a fines del siglo XI, quedó incluida dentro del amplio territorio comunal de la villa de Atienza, quedando luego incluida en su segregado ámbito de Jadraque. Se sabe que en el siglo XV ostentaban el señorío de Baides los poderosos caballeros López de Estúñiga: en la primera mitad de dicha centuria era su poseedor don Diego López de Estúñiga, y en la segunda su hijo y nieto don Pedro y don Francisco, respectivamente. De esta familia, que poseía señoríos, comarcas y pueblos en el actual territorio de Guadalajara, pasó Baides, junto con el estado de Galve, a los condes de Monterrey, y de éstos, tras varias transmisiones, vino a los condes de Salvatierra. El palacio de estos señores aún se conserva, aunque remodelado y modernizado, dentro del pueblo, rodeado de alta valla y magnífico jardín.

Viana de Jadraque

El Pueblo de Viana de Jadraque perteneció a la Comunidad de Villa y Tierra de Atienza tras su reconquista en 1085 por Alfonso VI. Anteriormete, y desde época muy remota, había estado habilitado por los celtíberos y otros pueblos que en estas llanuras productivas se asentaron.
La existencia de pueblos antiguos asentados en término de Viana se ha comprobado con algunos hallazgos arqueológicos en su vega: así, se encontraron armas y monedas romanas, y en el valle denominado «el Barranco de la Hoz», hábitat muy típico de la Prehistoria, se ha encontrado una necrópolis celtibérica, y bastantes indicios de existencia de un castro, con gran cueva.
En el siglo XV pasó a depender de la villa de Jadraque. Este territorio pasó al señorío de Gómez Carrillo, quien lo dio a su hijo Alfonso Carrillo de Acuña, y éste lo traspasó y cambió por otros lugares y títulos con el Gran Cardenal de España don Pedro González de Mendoza, de quien quedó definitivamente en la casa de los duques del Infantado.
Su nombre era Vianilla de Jadraque. Perdió el diminutivo de «Vianilla», pero no el «de Jadraque», llamándose ahora Viana de Jadraque, que si al principio significó pertenencia, lo ha conservado después como identificación entre las demás «Vianas» de nuestra geografía.
Es indudable, por estos hallazgos, que los alrededores de Viana de Jadraque tuvieron un gran movimiento de población el los siglos inmediatamente anteriores y posteriores al inicio de la Era Cristiana.

Huérmeces del Cerro

Interesante es la visita al molino, perteneciente al siglo XVI, que hay en la ribera del río Salado.
Cuenta la localidad con buenos ejemplos de arquitectura popular de la serranía de Atienza.
La Iglesia Parroquial destaca por la belleza de su espadaña barroca.

Santiuste

La continentalidad climática y los suelos poco evolucionados sobre calizas y dolomías condicionan la existencia de comunidades vegetales especializadas en sobrevivir en ambientes particularmente duros. Además son importantes en estas zonas rocosas las comunidades de plantas rupícolas y glerícolas que ocupan, respectivamente, los numerosos escarpes y gelifractos activos.
Éstos forman una importante área de nidificación para el águila perdicera, la real, el alimoche, el buitre leonado, el halcón peregrino o el búho real. En el fondo del valle los retazos de bosque en galería ensombrecen y dan vida al curso del río. Sauces, chopos, fresnos y arces, y una extensa repoblación de chopo negro de variadas tonalidades a lo largo de las estaciones. Aves riparias como la oropéndola, el mirlo acuático, el martín pescador o las lavanderas revolotean entre los arbustos buscando frutos o tejiendo su nido. Además las aguas claras y rápidas de este río crean un nicho adecuado para la trucha común, la nutria o el desmán de los Pirineos.

Riofrío del Llano

Su nombre hace honor al río Regacho, que nace en sus tierras y riega sus vegas. Es un pueblo rico en encinares y olmedas, que presume de una veintena de fuentes crtistalinas y hasta medicinales, como el Ojarrón, La fuente de los enfermos, La fuente del Moral, El Chorrón, etc. Tiene bellos paisajes de media montaña, donde viven las aves más variadas y los montaraces como zorros, jabalíes etc., en sus montañas se han encontrado hachas y fósiles que datan del periodo neolítico.

Atienza

Esta era la antigua “Tithya”, enclave arévaco y uno de los puntos de resistencia celtíbero en las guerras contra los romanos, al caer Numantia y Termantia cayó Tithya. En el cerro del Padrastro y en el actual castillo tuvieron sus poblados, habiéndose descubierto en la vega de la Bragadera sus necrópolis. Si bien durante la posterior romanización no se tienen apenas noticias de Atienza sí se sabe que siguió habitada por los restos que se han ido encontrando. Todavía queda en pie una fuente del siglo II en la parte baja del pueblo.
En las décadas siguientes al desembarco musulmán en Hispania es probable que la vida en Atienza transcurriera con la normalidad que se supone en un pequeño pueblo sin apenas importancia, sin más presencia musulmana que la de alguna pequeña guarnición militar instalada en el cerro del castillo. Que la población de Atienza durante esos años siguiera siendo la autóctona o mayoritariamente cristiana viene a suponerse por el hecho de que a principios del siglo X, en una incursión en zona musulmana, el rey Alfonso II tomara la villa sin que se le ofreciera resistencia.
A pesar de todo ello, Atienza y su tierra han sabido conservar su rica herencia que se refleja fielmente en los monumentos y edificios civiles, religiosos y militares, así como en el impresionante conjunto pictórico, escultórico, orfebre, arqueológico y paleontológico que puede ser admirado en sus museos.