Artieda
Está situada entre Mianos y Ruesta, sobre una colina frente al río Aragón. Pero el núcleo antiguo documentado desde el siglo X, estuvo más abajo, en la ribera, flanqueando el Camino de Santiago. En él se localizaba la iglesia de Santa María, antigua parroquial, y las casas del pueblo, distribuidas a lo largo del camino.
Desde el siglo XI, Artieda fue villa real entregada en tenencia a sucesivos señores.
En alguna de las invasiones navarras, seguramente en la de 1136 o 1283, el antiguo pueblo de Artieda, junto al camino jacobeo, debió ser destruido por completo, decidiéndose su reconstrucción en un lugar más protegido.
El nuevo núcleo, se construyó sobre la colina, rodeado por un cinturón de manzanas y casas que configuraban el cerco defensivo. En el centro, el núcleo señorial incluía la nueva parroquial de San Martín, una torre, el antiguo hospital, el horno y la plaza. La Iglesia de San Martín, es de origen románico (siglo XII) y fue ampliada en el siglo XVI.
Ruesta
Ruesta fue una antigua fortaleza musulmana abandonada en la décima centuria. Pronto se fundiría cerca de ella un monasterio dedicado a San Juan, a la vez que Sancho III dispuso una reorganización de las plazas fuertes de la zona, incluyendo la fortificación de Ruesta (1026). Lugar clave para la defensa del Canal de Berdún.
Las ruinas del pueblo muestran todavía la existencia de un importante conjunto urbano, con algunas casonas del siglo XV en torno a la iglesia y a la fortaleza. El templo parroquial dedicado a Nª. Sra. de la Asunción, es un basto edificio levantado sobre una ladera de una colina. Dos grandes torreones desiguales y de base cuadrangular, son el monumental testimonio arruinado de lo que debió ser el Alcázar del conjunto fortificado.
De Ruesta, el Camino de Santiago pasaba por el barranco Regal y llegaba al priorato de Santiago de Ruesta, edificado en el siglo XI junto al antiguo camino de ruesta a Undúes de Lerida. En el siglo XI, el priorato será propiedad de la abadía francesa de La Sauvre-Majeure y sirvió de albergue para peregrinos. Hoy está reducida a la categoria de ermita y abandonada. De allí el Camino subía al monte de Fenerol hacia Serramiana, hoy despoblado, donde quedan vestigios de la iglesia y de numerosas casas: bajada por Undúes y Lerda (este último despoblado) entraba en Navarra y llegaba a Sangüesa.
Undués de Lerda
El último pueblo del Camino de Santiago en Aragón sorprende al visitante por el empaque de sus casas blasonadas, arracimadas en torno a una poderosa iglesia renacentista.
En el año 921el rey navarro Sancho Garcés I dio al monasterio de San Salvador de Leire la villa de Undués con sus posesiones. En 1174 una bula papal confirma la posesión de Undués. Y en 1198, otro documento pontificio confirma a Leire la iglesia de Santa María de Lerda con el palacio real, villa y términos; y la villa de Undués, con las iglesias de San Román y San Saturnino, con sus palacios y pertenencias. En 1610 seguía en manos de Leire.
A su paso por la localidad, los peregrinos podrían hacer uso de diferentes templos. Ejercía de parroquial la iglesia de San Martín, construida en el siglo XVI y situada en el interior de la población. Se documentan las iglesias de San Saturnino (citada en 1198) y de San Román; y las ermitas de Santa Eufemia y de Santa Quiteria. De ellas se conserva la ermita de Santa Quiteria, situada en las afueras.
Sangüesa
Ciudad fundada como pueblo-calle al calor del Camino. Su principal monumento es la iglesia de Sta. María con impresionante fachada y triple ábside románico y bella torre octogonal gótica. Su interior es igualmente magnífico y su retablo mayor, plateresco, está presidido por una talla plateada gótica de la Virgen de Rocanor. Hay otras iglesias interesantes como la de Santiago, románico-gótica, la del Salvador, gótica, y camino de Sos, la románica de San Adrián de Valdoluengo.
La Sangüesa Vieja se encontraba en el margen izquierdo del Río Aragón, sobre un altozano (identificado con el actual Rocaforte) que le permitía ser una plaza fuerte, primero frente al Islam, después desde mediados del siglo XI, ante el naciente reino de Aragón.
Alfonso I concedió en 1122 el mismo fuero de la Sangüesa Vieja a un burgo nuevo que se estaba formando en la orilla opuesta junto a la ribera del mismo río. El florecimiento económico de la Sangüesa Nueva terminó por oscurecer el pasado; durante todo el Medievo será una ciudad próspera, cruce de caminos, centro comercial y , en muchos momentos, verdadera sede regia.
Palacio Vallesantoro-Casa de Cultura de Sangüesa/Zangoza
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