ETAPA IV: TARREGA- BALAGUER (29,8 KMS)
Pasamos por delante de la estación del tren, que nos tiene que quedar a la derecha, y proseguimos caminando por la calle Amics de l, Arbre. Llegados a este punto cruzamos la autovía y tomamos la desviación de nuestra izquierda; esta decisión nos coloca frente a un cruce de pistas: seguimos caminando todo recto.
Tras cruzar el Canal de Urgell, seguimos camino por nuestra derecha y pasamos frente a Can Bregada, Pujolet, Ribalta y La Agililla. Así nos veremos ante una bifurcación que no debe intranquilizarnos: caminamos todo recto hasta alcanzar Tornabous. Esta pequeña localidad nos ofrece la posibilidad de tomar un refrigerio en su bar y rellenar la mochila de productos de primerísima necesidad. No cuenta con Centro de Salud ni farmacia.
Repuestos de la fatiga del primer tramo, abandonamos esta localidad buscando la báscula, camino de la localidad de El Tarrós, donde no entramos, pero sí podemos aprovechar a saborear el delicioso sabor del agua de su fuente, aunque todavía hay quien cree que el agua no sabe a nada. Una vez más nos ponemos en camino y continuamos, obstinadamente, andando todo recto. Esta decisión nos permite salir a la carretera. Desde este momento y, hasta que arribemos a la Fuliola, deberemos caminar por la mencionada carretera: ¡mucho cuidado, por favor!. En esta preciosa y pequeña población podemos comer en cualquiera de sus dos bares- restaurante y reponer el botiquín, ya que sí cuenta con farmacia.
Terminada nuestra estancia en La Fuliola, tomaremos la calle de L,Om en busca de un crucero moderno con una imagen de Santiago Peregrino; así, hemos llegado a la Plaza del Portal Nou. Tomamos la desviación de nuestra izquierda y, aproximadamente 100 mts. más allá escogemos el camino de la derecha que nos conduce a la piscina municipal.
Hemos llegado a la localidad de Boldú. Cuando veamos una cruz nos desviamos a la izquierda y, tras pasar por la parroquia, nos dirigimos camino del cementerio; lo rebasamos y cruzamos la carretera de Ibars, por la cual seguiremos camino hasta la localidad del Castell del Remei. Este pueblo de Lérida carece de servicios para el peregrino. Únicamente veremos la cooperativa vinícola, la ermita y la residencia de los PP. Franciscanos de la Cruz Blanca. No paramos en ella; debemos proseguir camino en dirección oeste y todo recto hasta llegar a la localidad de Linyola; esta pequeña y bella localidad cuenta con todo tipo de servicios para el peregrino y la amabilidad de sus habitantes es el mejor bálsamo para unos huesos doloridos y un ánimo no tan alegre como cuando el cuerpo está descansado.
Cuando debamos abandonar Linyola buscaremos el cementerio municipal, por delante del cual pasaremos. En este punto encontramos una bifurcación; veremos un poste en el que hay un rótulo que indica la dirección a Balaguer. Aquí deberemos cruzar y recruzar las acequias del Canal de Urgel. Es el modo de entrar en Balaguer por la carretera de Tárrega. Como debemos caminar por ella hasta el río, volvemos a insistir en redoblar las precauciones.
Atravesamos el río Segre y nos acercamos hasta el convento de Sant Antoni para sellar nuestra credencial. Esta bella ciudad nos ofrece descanso y comodidades para reponer cuerpo y espíritu. No podemos dejar de señalar la admirable belleza de su patrimonio artístico, cuya visita es inexcusable.
Terminado el solaz, debemos volver a nuestro camino: continuaremos por el margen derecho del Segre y la calle Sant Jaume hasta dar con la famosa Plaza Mercadal. Esta plaza es una admirable obra de urbanismo. Desde ella, por la derecha, buscamos la calle Botera, que seguiremos para abandonar Balaguer.