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Pamplona/Iruña

Pamplona (Pompaelo), que a lo largo de su dilatada historia sufrió diversas construcciones, fue fundada por Pompeyo el Grande, de ahí se deriva su nombre, y desde el siglo VI fue sede Episcopal y núcleo coordinador de la evangelización del territorio bacón El emplazamiento es una importante encrucijada de comunicaciones naturales con Francia, el País Vasco y la Depresión del Ebro. La ciudad de Pamplona, heredera de una aldea Vascona, nace sobre una terraza del Arga, allí donde este río describe un meandro, para desempeñar, inicialmente, una función estrictamente militar. Más tarde, empezaría a desarrollarse el comercio, la industria artesanal y todo tipo de servicios.
Su auge está ligado a la política aperturista y por ello favorecedora de las peregrinaciones a Santiago. Fruto de la misma son los «burgos de francos» de San Nicolás y de San Cernín. Los «francos» eran artesanos y comerciantes extranjeros, muchos de ellos peregrinos, atraídos por las expectativas de lucro y por los privilegios que los reyes concedían a quienes se instalaran en el burgo recién creado. Esto suscito la envidia de la navarrería, (lugar donde se encontraba la población autóctona), primitivo núcleo de Pamplona. El enfrentamiento entre ellos, desde sus fortificaciones bien pertrechadas para la guerra civil, convirtió la ciudad en un campo de batalla. Esto no impidió, sin embargo, un notable desarrollo de la misma al que contribuyó en gran medida su situación y su vinculación con el camino de Santiago.
La ruta de las estrellas, penetraba las murallas por el significativo Portal de Francia, y se dirigía a la Catedral Metropolitana en el corazón del antiguo barrio de la Navarrería. Su primitiva construcción románica, contó con la colaboración de uno de los constructores más importantes y famosos del camino: el maestro Estaban.
Destruida en el año 1390 por un incendio, fue reconstruida en el estilo gótico, siguiendo la pauta de su bello claustro, que había sido concluido en 1356. Esta suntuosa catedral de cruz latina, consta de tres naves, ábside poligonal y una gran girola, característica de las iglesias peregrínales. La fachada neoclásica, que hoy se contempla, fue obra de Ventura Rodríguez, en el siglo XVIII.
Dentro del templo, delante del altar mayor, donde eran coronados los reyes de Navarra, se encuentra el mausoleo de Carlos III y Leonor. Son notables también las capillas de San Juan Bautista, la del Santísimo y la capilla mayor con la espléndida imagen de Santa María la Real, románica del siglo XII.
La «puerta preciosa», ejemplar gótico del siglo XIV en la que se representa la muerte de la virgen y que da acceso al claustro, es un compendio de todos los logros del gótico Francés.
Fuera ya de la Navarrería en el antiguo burgo de San Saturnino, se encuentra la iglesia-fortaleza de San Cernín, del siglo XIII, donde se venera a la patrona de Pamplona: La Virgen de Camino. En este mismo lugar radicaban el Hospital General ( hoy museo de Navarra), donde sólo se conservan la fachada plateresca y una capilla; la Cámara de los comptos; y la iglesia de San Lorenzo que custodia el busto-relicario (siglo XV) del patrono de la ciudad: San Fermín.
En el barrio de San Nicolás a la izquierda del itinerario peregrinal, la iglesia -fortificada es testimonio de las luchas que vivió la ciudad en la época medieval.
Claro vestigio jacobeo es la iglesia de Santo Domingo, dependencia que fue de la extinguida universidad de Santiago. Todavía hoy su decoración exterior presenta las típicas vieiras jacobeas, y su retablo mayor esta presidido por una imagen de Santiago.
Finalmente la ciudadela que mando construir el Rey Felipe II en el año 1571, despedirá al peregrino al partir.