Apostol

Camino Primitivo

Etapa

6

Cultura

La Mesa

La Mesa, como población perteneciente al Concejo de Grandas de Salime, cuenta con un rico pasado histórico: cultura de los dólmenes, Edad del Bronce, la extraordinaria cultura castreña y su posterior postergación tras la dominación romana con sus sistemática explotación de los yacimientos auríferos, la introducción del Cristianismo entre sus habitantes y la fundación de algunas villas en el siglo XIII.

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Presa del Embalse

El embalse de Grandas de Salime, junto al pueblo de Vistalegre, es uno de los enclaves de mayor belleza de todo el concejo. El embalse, cuyo fin es el aprovechamiento hidroeléctrico, tiene una capacidad superior a 250 hectómetros cúbicos y un recorrido hasta la cola del embalse de 30 km, lo que lo hace especialmente atractivo, desde el punto de vista turístico, para la navegación.
Es apto para la navegación y la práctica de deportes náuticos.
La presa que retiene las aguas del río Navia se empezó a construir en el año 1946 y se inauguró en 1956. La historia de esta obra está narrada en el gran mural de magníficos relieves, de 64 metros cuadrados, que el pintor Joaquín Vaquero realizó para la sala de turbinas de la Central Hidroeléctrica. Dicha obra no está expuesta al público, es necesario pedir autorización por adelantado.
Bajo sus aguas se encuentran las casas del antiguo pueblo de Salime,casa a la vista, pero cuando disminuye el nivel del embalse resurge el pueblo sumergido.
La construcción del Embalse comienza a finales del año 1945,
El embalse afectó a una zona de 685 hectáreas, de las cuales muchas eran laderas no cultivables, pero, a pesar de todo, bajo las aguas del embalse quedó el pueblo de Salime, antigua capital del concejo, y una serie de aldeas y caseríos como Subsalime, San Feliz, Salcedo, Duade, Veiga Grande, Saborín y la Quintana, en la zona asturiana, y Riodeporto, Villaugín, Barqueiría, San Pedro de Ernes y Barcela, en la provincia de Lugo.
De las 685 hectáreas inundadas, 18.098 metros cuadrados eran fincas urbanas, 1.404 m2 de solares en ruina, 2.860 m2 de patios y corrales. Quedaron inundadas 1.995 fincas, con más de 3.000 parcelas, 25.360 árboles maderables, 13.800 frutales y 14.051 pies de vid y ocho puentes, cinco pequeñas iglesias, varias capillas y cinco cementerios. La valoración de estas zonas expropiadas fue del orden de 17 millones de pesetas de entonces.
En marzo de 1946 dieron comienzo los trabajos de preparación y apertura de accesos al lugar de emplazamiento de la obrade 554 m de longitud que facilitaban el transporte de materiales y personal desde lo alto de la Paicega al pie de las instalaciones con instalación motora, doble vía y vagonetas con freno de seguridad (uno de ellos tenía 348 m y un desnivel máximo del 49% y el otro 206 m y pendiente máxima del 95%) y 35 km de carretera.También se hizo necesario excavar un túnel de 250 m de longitud y 25 m2 de sección para facilitar el acceso de los camiones pesados a la central hodroeléctrica.
Se dotó a la obra de energía eléctrica, líneas telefónicas y, debido a las dificultades de acceso hasta el lugar se decidió construir un teleférico que saliendo del pueblo de Navia fuese capaz de transportar el tonelaje de clinker, yeso y otros materiales que por mar se recibiesen con destino a la obra. Fue el mayor de los teleféricos construidos en España y el más importante de Europa en su modalidad.
Este teleférico tenía 8 estaciones, la de salida situada en el puerto de Navia con muelles de atraque para barcos de hasta 150 Tm, dos grúas con pala de descargue, una para 90 y otra para 30 Tm/hora, cintas elevadoras, silos con capacidad para 3.500 Tm de clinker y tolvas con dispositivo de cargue de vagonetas por gravedad. La estación de llegada a obra, con sus tolvas y canaletas, permitía la distribución del clinker a los distintos silos que alimentaban los molinos.
Para desviar el curso del río para dejar seco su lecho en la zona de emplazamiento del muro de presa, se construyeron dos ataguías y un túnel que funcionase como cauce provisional. Este túnel se excavó en roca y se revistió con hormigón;
Todavía hoy día puede observarse el esfuerzo conjunto de todos los equipos que intervinieron en la construcción de una de las mayores y mejores obras de ingeniería de la España de los años cincuenta.

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Grandas de Salime

El concejo tiene gran cantidad de restos tumulares y otros restos materiales como cazoletas, figuras humanas, hachas pulimentadas y metálicas, etc. Todo esto fue encontrado en los túmulos de Chao de Cereixeira, el pico de La Cancela, y en Monte Bornela. También hay restos de estructuras funerarias en la Xorenga y Zarro.
La época castreña también tiene en el concejo sus restos como son: el castro del Chao Samartín, el castro de Pelou o el castro de Valabilleiro, todos ellos con restos de utillaje, como hachas pulimentadas, un hacha de talón de bronce con dos anillas o con una sola anilla. Todos estos castros están enmarcados en lo que era el sector lucense, habitado por pueblos galaicos prerromanos y actualmente están siendo excavados por un equipo arqueológico.
La época romana, afectó a todo este sector, principalmente por la fuerte actividad minera llevada a cabo en esta zona donde hay abundantes yacimientos auríferos. Se conservan evidencias como los túneles excavados en Penafurada para llevar el agua a las explotaciones mineras de Valabilleiro.
Durante la Edad Media se convierte en la última etapa del trayecto asturiano del Camino de Santiago hasta Compostela, siendo lugar de parada obligatoria por su hospital de peregrinos.
De su historia más reciente hay que señalar la construcción del Embalse de Salime. A finales de 1.945 comienzan las obras del embalse, que dejaría completamente anegado el pueblo de Salime, capital del concejo hasta 1.836. Un total de 685 hectáreas fueron inundadas; 1.995 fincas con más de 3.000 parcelas, 25.360 árboles maderables, 13.800 frutales, 14.051 pies de vid, 8 puentes, 5 pequeñas iglesias, 5 cementerios y varias capillas quedaron bajo sus aguas.