Abejar – San Leonardo
30.1 km
1. Abejar - Cabrejas del Pinar - 7.2 km
Desde la puerta de la iglesia tenemos a la vista el santuario de Ntra. Sra. del Camino. Hacia allí vamos. Bajando las escaleras tomamos la Calle de la Soledad y descendemos hasta la N-234 que hay que cruzar para ir por la carretera SO-910 hasta el santuario.
Al llegar quebramos 90º a la derecha para tomar el antiguo camino que pasa por su puerta. Estamos en el «Camino Soriano», el camino medieval que nos adentrará en Burgos.
A 300 m. el camino cruza los raíles de la vía y prosigue recto hasta el paraje de la Cruz, donde cruza el camino que viene del pueblo y sigue entre fincas de labor, a corta distancia de un bosquecillo de pinos.
Cuando llevamos andados 2 Km. se incorpora a nuestro camino el que viene de la estación de ferrocarril. Continuamos en dirección Oeste y pasamos el bosquecillo. Al otro lado dejamos a la derecha otro camino que lleva a la N-234, que todavía tenemos a la vista, metiéndose nuestra ruta en una pequeña hondonada que lleva hacia Cabrejas del Pinar.
Poco antes de llegar, con el pueblo ya a la vista, se presentan dos opciones: la más rápida es tomando el camino de la derecha que, bordeando el pueblo por su parte superior, lleva a la ermita de Santa Ana, para continuar recto sin entrar; siguiendo el camino por la izquierda llegaremos a la parte de abajo del pueblo, entrando por la Calle La Fuente y girando a la derecha en dirección a la iglesia.
2. Cabrejas del Pinar - Navaleno - 16.5 km
Desde la iglesia se sube por la Calle Real, dejando sobre nosotros, a la izquierda, el Ayuntamiento, siguiendo por la Calle Las Eras hasta la ermita de Santa Ana (aquí vendría el camino más corto que comentábamos antes de la entrada al pueblo). Prosigue el camino girando ligeramente a la izquierda, por la Avda. de la Blanca hasta un cruce en el que tomamos un camino de tierra hacia el Oeste, que nos lleva a la estación de ferrocarril.
En este cruce es muy aconsejable que los ciclistas continúen recto y bajen hasta la N-234, que deberán tomar dirección Burgos hasta el puente de «La Lagunilla», sobre la vía férrea, donde se desviarán a la derecha para unirse al trazado peatonal que llega por debajo del puente.
Aunque se podría ir camino adelante hasta la carretera de Muriel y cruzar la dehesa entera hasta llegar a unirse al trazado del camino, en la estación de tren abandonaremos la pista de tierra para avanzar por el lateral de la vía hasta llegar al Santuario de la Blanca.
En la cara Oeste del Santuario hay, adosado al mismo, un amplio habitáculo que es el espacio habilitado como «Lugar de Acogida». Es un espacio cerrado con llave que habrá que pedir en el Ayuntamiento o al párroco y acordar su uso.
Se continúa por el margen derecho de la vía hasta llegar a un vallado de alambre que protege el acceso a la dehesa a través de un camino. Hay que sobrepasar la valla, por dos veces, para continuar ahora por la izquierda de la vía, por el exterior de la valla de la dehesa, hasta el extremo de la misma. En ese punto se uniría este trayecto al brevemente descrito con anterioridad y que iría por el interior de la dehesa.
Se baja un pequeño barranco hasta una repoblación de pinos jóvenes que hemos de atravesar en dirección Oeste, a derecho, si no nos importa hacer un poco de pierna subiendo el repecho, o bordeando por la izquierda si queremos hacerlo un poco más suave. Este no es sitio adecuado para ciclistas, por eso les hemos aconsejado ir por la carretera.
Atravesamos un pequeño arroyo y, ascendiendo ligeramente hacia la derecha, nos encontramos con un camino que nos lleva a las inmediaciones del puente de la N-234 sobre la vía. Pasamos debajo del puente y continuamos unos metros sobre los raíles, dejando a la derecha la «Lagunilla», una charca de 10 a 15 m. de diámetro que se seca a finales de verano.
Abandonamos la vía para ir hasta la pista forestal, cruzando sin senda, sobre los pequeños brezos, los 20 ó 30 m. de recorrido.
Ya en la pista forestal, andamos por la misma unos cien metros y la abandonamos para coger, a la izquierda, el antiguo camino de La Tablada. Los ciclistas pueden continuar por la pista, a la que se vuelve a incorporar el camino.
La ruta transcurre entre pinos relativamente jóvenes y a los 2.600 m. llega de nuevo a la pista en un lugar que llaman «La Tablada». Aunque no se ve más que un pequeño cercado para ganado, unos metros más adelante de donde hemos salido, aquí hubo una población medieval con ese nombre de la que no quedan apenas restos. Estamos ya en lo que se conoce como «Pinar Grande», un extenso bosque que pertenece al Ayuntamiento de Soria y la «Mancomunidad de los 150 Pueblos».
Continuamos por la pista y, antes de 1 Km., hay que estar muy atentos porque el camino la abandona para acceder por un paso a nivel sobre la vía de tren, que nos va acompañando, hasta el lateral izquierdo de la misma. Se sigue unas decenas de metros y tras una pequeña rampa el camino se separa un poco de la vía y se introduce en el monte, a propósito, para que el peregrino sienta la «sensación» de ir entre pinos.
Es conveniente que el ciclista no tome este desvío y continúe por la pista, puesto que en el monte se anda sobre el manto vegetal, por medio del pinar y la bicicleta, sobre todo si va cargada, tendrá dificultades (en todo caso, a pocos metros del camino, por el lateral de la vía férrea, va paralela a la misma una senda de servicio que sería más adecuada para la bici, pero nunca tan cómoda como la pista forestal).
El camino pasa junto a la estación de trenes en ruinas y prosigue por el monte, paralelo a los raíles, hasta el puente sobre la vía de la carretera que va a la N-234, en el Mojón Pardo.
A este punto deberían llegar los ciclistas que han optado ir por la pista forestal y que habrán tenido que girar a la izquierda al llegar al STOP de la carretera.
Se cruza la carretera junto al puente y se sigue por el camino que continúa paralelo a la vía otro kilómetro, hasta que se separa de la misma y al cabo de 600 m. se convierte en pista de tierra, continuando recto otros 500 m. hasta que gira 90º a la derecha.
Ante nosotros encontramos en este punto un recinto con tapia de piedra denominado «Prado Caballeros». El nombre es sugerente y resulta que por aquí se cree que ese topónimo corresponde a los Caballeros Templarios ya que, el estrecho camino que sale a la izquierda, y que hemos de tomar, dejando el cercado a la derecha, nos lleva, cuesta arriba casi 1 Km., hasta las inmediaciones de «La Cruceja», otro despoblado medieval en el que también se dice estuvieron afincados los Templarios; de él quedan algunos restos, aunque no son accesibles por estar en una finca privada.
Ya arriba tendremos que abrir (y siempre cerrar tras el paso) una portera de alambre y pasar bajo una línea de alta tensión. Dejando a la derecha, a cierta distancia, un claro donde está el despoblado. Comenzamos a bajar hacia Navaleno, entrando por el cruce de la carretera de Canicosa y la de El Amogable. Aquí hubo un crucero de piedra hasta hace poco.
3. Navaleno - San Leonardo - 6.4 km
El camino atraviesa de lado a lado el pueblo por la Calle Alta, dejando a la izquierda la iglesia y el Ayuntamiento, hasta llegar al Polideportivo, donde gira a la izquierda para tomar la Calle Cañada, hasta la N-234.
Por la acera del lateral de la carretera primero, y por la hierba, cuando se acaba la acera, se accede a una plazoleta sin pavimentar enfrente de la ermita de San Roque.
Las bicicletas agradecerán en este tramo abandonar momentáneamente el camino para seguir por la carretera hasta el desvío a la derecha de la Cruz de Piedra, donde pueden volver a tomar el camino peatonal. Aquí los peatones nos separamos de la carretera caminando en dirección a la ermita, para sobrepasarla por la izquierda, accediendo a un pequeño camino que, por el pinar, nos aleja del pueblo bajando hasta las inmediaciones de un silo para sal que hay junto a lacarretera, continuando por el interior de la valla ganadera que discurre junto a la N-234, donde un camino llano sale, decidido, hacia San Leonardo. Hay que vadear un pequeño arroyo (puede hacerse muy incómodo si es época de lluvias) y cruzar el camino que va a la estación de Navaleno, junto a la «Cruz de Piedra», un crucero que podemos considerar claramente jacobeo.
Aquí se pueden incorporar al camino los ciclistas que lo han dejado en Navaleno. También pueden seguir hasta San Leonardo por el amplio arcén de la N-234 (para los más cómodos, hay que decir que el camino discurre más o menos paralelo a la N-234 hasta La Gallega, en Burgos, donde la abandona para ir a Silos).
Tras cruzar, una senda nos conduce a la vía del tren. Por la margen izquierda avanzaremos hacia San Leonardo.
Como dato anecdótico hay que decir que en este tramo de la vía se rodaron varias escenas del tren de la película «El Doctor Zhivago», en 1965.
En el límite de los términos de Casarejos y San Leonardo hay una valla de alambre que cruza la vía y, por tanto, el camino, con un hueco por el que cabe justo una persona. Esto ofrece cierta dificultad para la montura si algún peregrino viaja a caballo; lo mismo ocurre con los pocos «pasos canadienses» que hemos encontrado hasta ahora.
A la izquierda del camino, al otro lado de la carretera, podemos ver las modernas instalaciones hoteleras del Hotel «La Reserva» y, unos cientos de metros más adelante, la «Fuente de las Gitanas», un espacio recreativo alrededor de una fuente construida en piedra, con abundante chorro de agua, y mesas y barbacoas para pasar un agradable día de campo.
Poco más allá, las Piscinas Municipales, abiertas en la temporada de verano, con bar, restaurante y canchas deportivas.
Pasamos enfrente de la gasolinera y, poco más adelante, llegamos a la estación de ferrocarril de San Leonardo.
Abandonamos la vía y bajamos por la Calle San Miguel a la Calle San Pedro Viejo, que es como se llama ese fragmento de la travesía de la N-234 hasta la Iglesia. Estamos en San Leonardo de Yagüe.