Apostol

Camino Castellano-Aragonés

Etapa

8

Tramos

San Leonardo – Santo Domingo de Silos

37.8 km

1. San Leonardo - Hontoria del Pinar - 10.4 km

Desde la puerta de la iglesia, se sube por la Calle Real, pasando junto al Ayuntamiento y continuamos por cualquiera de los dos paseos laterales de la Avda. de Mª Eugenia Martínez del Campo.

Nada más pasar la residencia de ancianos, se gira a la izquierda para abandonar la travesía de la N-234 y, unos metros después, a la derecha para por la Calle San Blas y la Calle Nueva acceder recto al antiguo camino que nos lleva a las inmediaciones del cementerio. Al final del camino, justo en la cresta del cambio de rasante, se cruza la carretera, caminando menos de 100 metros por la zona de servicio de la carretera, a escasos metros de la misma, hasta la zona industrial, pasando por el lavadero de coches.

En el primer desvío de la carretera, se gira a la derecha y unas decenas de metros más allá, a la izquierda para proseguir recto hasta el Punto Limpio donde, al terminar el pavimento de hormigón, a la izquierda se cruza un pequeño arroyo y se continúa con la misma dirección hasta internarnos en el bosque. Es un paseo agradable entre pinos que nos lleva, después de una ligera ascensión, a la vía del tren, que tiene expedito un paseo por la izquierda. Llegamos a una pequeña rampa a la izquierda, que nos saca de la vía a un camino.

Aquí es conveniente que los ciclistas tomen la N-234 y por el arcén de la carretera, asciendan lo poco que queda del portillo de Rodiles y bajen hasta el desvío a la derecha que hay al final de la cuesta, justo nada más pasar el puente de la vía que cruza sobre la carretera (todo este trayecto peatonal se puede hacer también en bici, pero con bastante dificultad).

Los que vamos a pie continuamos por el camino que, tras cruzar la vía, vuelve a tomar la misma dirección, ascendiendo ligeramente, hasta que hace un giro de 90 º a la derecha, viéndose interrumpido por una portera. Aquí abandonamos el camino para ascender el pequeño repecho y continuar recto por el monte, siguiendo las alambres de la valla ganadera que cierra ese tramo. En paralelo a nosotros van por este sitio la carretera y la vía de tren abandonada que, unos metros a nuestra izquierda, atraviesa un profundo tajo en la tierra amarilla conocido como la «Trinchera del Italiano». En este estrecho espacio la carretera, primero, y la vía de tren, después, usurparon su sitio al camino antiguo, no quedando actualmente más opción que ésta para no pisar el asfalto.

Al bajar al hondo, el camino hace un par de pequeños quiebros, volviendo a pasar la vía en el segundo, para continuar en la misma dirección por la izquierda de la misma, a unos cuantos metros, avanzando entre pinos para volver a subir otra vez hasta la izquierda de la vía, ya en el límite de la provincia de Burgos, que coincide con el arroyo que pasa bajo la misma. Volvemos a cruzar sobre los raíles y se comienza a bajar hacia el camino que va a San Julián, el «Camino Soriano», donde tomaremos el trazado medieval por el que andaremos muchos kilómetros.

Este camino, que comienza en la N-234, recibirá a los ciclistas que han venido hasta aquí por la carretera. Se conserva todavía el trazado medieval porque la carretera se desvió para pasar por Hontoria del Pinar, que queda separada del «Camino Soriano» 1,5 km.

A menos de 1 Km. nos encontramos una extraña construcción que merece la pena observar con detalle. Está en el interior de un finca privada, rodeada de tapia de piedra, que es cruzada por un arroyo. Se trata de «San Julián» y todavía conserva el nombre de la antigua ermita románica de tres ábsides (hoy sólo quedan restos de dos) que en la actualidad, desacralizada hace muchos años, se destina a uso recreativo privado, después de haber pasado por recinto ganadero, almacén y ruina casi total.

Continuamos por el Camino Soriano junto a pequeñas fincas de cereal rodeadas de bosque de bajo porte, al que entramos de lleno en una suave subida. Una vez en la parte más alta abandonamos el camino de tierra que gira a la derecha para proseguir de frente por el antiguo camino, apenas visible al principio, y que nos baja entre pinos más altos, en línea recta hasta el valle. Seguimos el camino pasando por un puente sobre el arroyo y llegamos a la carretera BU-P-8229, que comunica Hontoria del Pinar con Palacios de la Sierra.

Cruzamos la carretera y tomamos otra local, asfaltada, que nos lleva a La Aldea, siguiendo en la misma dirección que llevamos. Aunque está asfaltada, tiene muy poca circulación, porque muere en este pequeño pueblo agregado a Hontoria del Pinar.

2. Hontoria del Pinar - Rabanera del Pinar - 6.1 km

Después de admirar a nuestro paso por Aldea del Pinar las viejas, pero recias y bellas construcciones de tipo pinariego que aún conserva, abandonamos el pueblo cogiendo el camino de tierra que sale a la izquierda, junto a las ruinas de la ermita de la Virgen de las Angustias. Estamos de nuevo en el camino que los más viejos conocen todavía como el «Camino Soriano».

En este tramo, como casi no hay árboles, la señalización hay que buscarla en piedras de las orillas y en el propio camino, lo que puede resultar difícil cuando las hierbas están muy altas, teniendo que estar muy atentos, sobre todo en los cruces de caminos. Así, no haremos caso al primer camino que sale a la izquierda, a 250 m., ni al segundo, que sale a la derecha transcurridos otros 190 m. El tercer arranque de camino lo encontramos después de otros 750 m., donde debemos coger el lado derecho de la «Y» que hace la bifurcación de caminos, dejando una especie de pequeña isleta entre ambos. Aquí hay ya algunos árboles y la señalización es más visible.

El camino asciende suavemente hasta encontrar otro camino a la izquierda, a los 450 m., que no tomaremos, siguiendo recto, ya cuesta abajo, pasando por un zona arbolada que se despeja para pasar por fincas agrícolas.

Aquí, para bordear una finca que se nos interpone, giraremos a la derecha y después a la izquierda, bordeándola recto al tiempo que cruzamos un pequeño arroyo, para girar de nuevo a la izquierda, tras sobrepasarla y volver al camino natural que, hacia la derecha, va ascendiendo, otra vez entre pinos, hasta el límite del municipio de Rabanera del Pinar donde, de nuevo hay que abrir y después cerrar , como siempre, una portera ganadera de alambre.

El camino prosigue descendiendo suavemente, entre pinos, hasta otro pequeño valle, en cuyo arroyo nos espera una sorpresa, el «Puente Soriano», un antiguo puente que toma el nombre del camino y que, según dicen, es de origen romano.

Pasados 250 m. cruzamos lo que era la vía férrea, ya que en buena parte de la provincia de Burgos se han levantado los raíles, quedando un espacio sobre el que municipios y estamento ferroviario todavía no se han puesto de acuerdo en qué uso futuro darle.

Nada más pasar la antigua vía, el camino hace un leve giro a la izquierda, para proseguir en la misma dirección que llevamos, sin hacer caso a un par de salidas a la derecha, pasando un grupo de árboles, tras lo que se abre un claro en el que hay, a la derecha del camino, un curioso recinto, cerrado con muros de piedra, del que se desconoce su origen o función.

Continuamos adelante y, al cabo de 500 m., el camino parece que se pierde cerca de una tapia, obligándonos a quebrar a la izquierda, sobrepasando un arroyo, e incorporarnos a otro camino que discurre a pocos metros, interrumpido por otra portera ganadera que, como siempre abriremos, sin olvidar cerrarla después; proseguiremos por él hasta las inmediaciones de la pequeña ermita románica de San Andrés, que está en la confluencia del camino con la N-234 y la carretera de acceso a Rabanera del Pinar, que arranca aquí. Un poco antes, otra portera, en la que volveremos a repetir la misma operación. Para acceder a la ermita hay que andar unos pocos metros por esta carretera.

3. Rabanera del Pinar - La Gallega - 3.8 km

Aquí el camino antiguo se convirtió en carretera nacional hasta La Gallega, quedando sin otra opción para no pisar el asfalto.

Los ciclistas deben tomar la carretera durante los próximos 2,5 Km., hasta un camino de tierra que sale a la derecha tras pasar la depresión del arroyo. También pueden seguir por la carretera 1,5 Km. más, hasta sobrepasar el pueblo de La Gallega, sin entrar en él, y andar muy pendientes de las señales del cruce de la carretera en el cambio de rasante, donde tienen obligatoriamente que girar a la izquierda y tomar el camino que llevan los peatones.

Los peatones evitaremos el asfalto. Para ello, junto a la ermita, abriremos la portera ganadera de la dehesa donde suelen pastar las vacas de Rabanera (que no debemos olvidar cerrar tras pasar) y nos encaminaremos en paralelo a la alambrada hasta el final de la finca que se encuentra tras una pequeña mancha de pinos. Aquí se habilitó una pequeña portera para el paso de peatones y, con cuidado, por lo estrecha que es, para caballos, si el peregrino elige este medio.

No hay que olvidar nunca cerrar las porteras que encontremos porque, si lo olvidamos, el ganado puede salir e invadir carreteras, pudiendo provocar fatales accidentes.

El tramo siguiente puede que sea el peor del camino, puesto que no hay ni senda. Hay que avanzar en paralelo a la carretera, por su área de afectación, que está señalada con pequeños mojones cilíndricos de hormigón, procurando no invadir las fincas que están a nuestra derecha. Según la época del año en que pasemos puede estar completamente despejado de hierba, o con hierba muy alta. Nunca hay que pisar los sembrados.

En estas circunstancias avanzamos cruzando el camino que hay a pocos metros de la última portera; poco después sobrepasamos una pequeña zanja que ha erosionado el agua y vamos bajando hasta un pequeño arroyo, que cruzaremos, para ascender por el margen de la carretera hasta el camino de tierra que hemos de tomar a la derecha y, poco después, a la izquierda, para ir recto por él a La Gallega.

Al entrar al pueblo se toma la Calle del Centro y nos vamos encaminando hacia la iglesia, que está casi al otro extremo del pueblo, en la parte más alta.

4. La Gallega - Mamolar - 10.1 km

Bordeando la iglesia por la izquierda avanzamos hacia un camino que cruza la N-234 por el cambio de rasante. Anteriormente otro camino también cruzaba la carretera, pero el nuestro es el segundo.

ATENCIÓN, a la izquierda de la carretera no hay problema con la visibilidad, pero a la derecha es muy escasa. A pesar de ser un cambio de rasante, del sentido Burgos los vehículos llegan aquí saliendo de una curva, por lo que hay que estar especialmente atentos antes de cruzar. Es un cruce muy peligroso.

Por este camino nos dirigimos hacia Pinilla de los Barruecos, marchando entre fincas de labranza primero, y atravesando una pequeña mancha de pinos después. Tras los pinos aparece una carretera asfaltada, la C-111, que cruzaremos. Aquí nos encontramos de nuevo una gran portera metálica que, desde hace poco, cierra una finca municipal.

Los ciclistas tienen que pensar si optan por seguir las marcas que llevan al peatón, abriendo y después cerrando la portera, al interior de la finca, para salir de la misma por otra portera cercana que da a la ladera de la incipiente sierra y la asciende hasta la cresta por el lateral derecho (en este tramo es obligado bajarse de la bici unas decenas de metros) o, sin entrar, bordear la valla de la finca por la izquierda, junto a la carretera, y encontrar una subida mucho más suave, hacia la derecha, para subir al mismo sitio sin desmontar de la bici.

Desde el interior de la finca sale a la derecha un camino hacia Pinilla de los Barruecos que nosotros no tomaremos, puesto que nuestro camino discurre por la cresta de esa pequeña sierra a la que hay que subir siguiendo las marcas o bordeando la finca por la izquierda (sin señales).

Subiendo suavemente por la cresta podemos ver las discretas huellas del antiguo camino, observar la caja que han ido haciendo las ruedas metálicas de los carros a lo largo de los siglos sobre las piedras calizas. Hay que andar con cuidado un tramo por las numerosas piedras que hay en el camino. Después el camino se suaviza y casi se confunde con la pradera. Así llegamos a otra carretera, la BU-V-9215 que como la anterior procede de Huerta del Rey, pero esta vez va a Pinilla, que se encuentra a nuestra derecha, abajo, en el valle, bajando precisamente por esa carretera.

En un cerrete, a nuestra derecha, quedan las antenas de telefonía de Pinilla de los Barruecos.

Cruzamos la carretera y avanzamos recto, en la misma dirección que traíamos. A los 2,4 Km. pasamos a la altura de una tenada para ovejas (casi 1.000 nos dijo el pastor que había tenido).

Estamos en un paraje precioso que, en primavera, con los cielos limpios y las crestas de las sierras del horizonte cubiertas todavía de nieve, invita a detenerse y a observar largo rato esta maravilla. Desde aquí se ven las sierras de La Demanda, Neila, Urbión y Cebollera, una buena porción del Sistema Ibérico ante nuestros ojos. Pero si distraemos la vista a nuestro alrededor, estamos rodeados de sabinas centenarias, que recientemente han sido declaradas Parque Natural, el del Sabinar de Arlanza.

Proseguimos por el camino hasta una encrucijada. Aquí debemos girar a la izquierda para por caminos nuevos de parcelaria dirigirnos a Mamolar. Antiguamente el camino seguía recto hacia el pueblo, pero fue abandonado hace tiempo en favor de los nuevos trazados que discurren por terrenos más sanos.

Después de haber arrancado hacia la izquierda, el camino gira poco después a la derecha y cruza una finca labrada. Tras pasarla hay que coger el desvío a la derecha que nos va llevando, cuesta abajo, hasta el entorno de Mamolar.

Ya abajo, bordea por la izquierda las fincas y, en el lugar en el que gira a la derecha, pasa junto a un pequeño edificio del que vemos y oímos salir un gran chorro de agua hacia el camino. Hay que parar y bordearlo por la derecha, porque aquí hay una antiquísima fuente romana que nutre de agua cristalina, siempre abundante, al lavadero, que es el pequeño edificio abierto hacia ella; en él podemos beber agua y refrescar nuestros pies. También suministra agua, captada aquí mismo, a las viviendas del pueblo.

Se entra al pueblo por su parte más alta, pudiendo sobrepasarlo, sin apenas entrar, si al llegar a la carretera se gira a la izquierda e inmediatamente a la derecha, por la Calle Virgen de Lourdes o, mejor, girar a la derecha, bajar apenas 100 m. por la Calle Mayor y girar a la izquierda hacia la Plaza Mayor, donde están la iglesia y el Ayuntamiento

5. Mamolar - Santo Domingo de Silos - 7.4 km

Para salir de Mamolar, se atraviesa la plaza y se toma la Calle del Medio hasta las afueras del pueblo, desembocando en la carretera que lleva a Peñacoba. Es un firme asfaltado que, después de los kilómetros que llevamos ya, se hace pesado.

Cuando llevamos andados casi 4 Km., poco antes de llegar a Peñacoba, sale a la derecha un camino que desciende suavemente hacia un corte en la sierra por el que discurre un arroyo que va hacia Santo Domingo de Silos.

Aquí los ciclistas harían bien en continuar por el asfalto, pasando por Peñacoba, dirección Santo Domingo de Silos. Se evitarán un duro tramo del camino y tendrán ocasión de pasar por el túnel sobre el cortado de la Yecla, un acceso a Silos sólo posible desde que se hizo ese túnel.

Debería ser muy cómodo poder seguir esa ruta hasta Silos, pero la orografía no lo permite y no queda más remedio que desviarse a la izquierda por un camino, que inicialmente parece una senda, que nos va llevando hacia lo alto de la sierra, que hemos de atravesar por un camino pedregoso, muy incómodo. En este tramo el camino coincide con el «Camino del Cid» que está señalizado con más medios, con postes y algún cartel explicativo, como el que nos cuenta cómo se formó un gigantesco montón de piedras que hay junto al camino.

Se empiezan a ver las torres del convento y, poco a poco, damos vista al pueblo. Una pronunciada bajada y estamos junto al Monasterio.