Zamora
La Semana Santa.
La Semana Santa de Zamora constituye la más profunda expresión de las tradiciones y la espiritualidad de los zamoranos y fuente de atracción para infinidad de turistas procedentes de toda España e incluso del extranjero. Esta consideración ha quedado reflejada en el reconocimiento de «interés turístico internacional».
Los orígenes de la Semana Santa de Zamora se remontan al siglo XII; y algunas de sus cofradías, como la Vera Cruz, son de las más antiguas de España.
La Semana Santa zamorana tiene como escenario las calles antiguas de la ciudad, que dan sobriedad y recogimiento religioso a los desfiles procesionales. Son precisamente las procesiones su eje central. Cada una de ellas nos ofrece su ritual propio.
Romerías.
La gran romería de Zamora es la de la Virgen de la Concha, patrona de la Ciudad y de su Ayuntamiento, y popularmente conocida como «La Hiniesta». La Imagen sale en procesión el lunes de Pentecostés por la mañana camino del pueblo cercano de La Hiniesta. A la entrada del pueblo tiene lugar el «baile de los pendones» y la Concha entra en la iglesia, donde se junta con su hermana la Virgen de la Hiniesta. Los alcaldes de ambas localidades intercambian ese día sus bastones de mando, y después de una comida de hermandad se produce el regreso en procesión a la ciudad cruzando el Bosque de Valorio, donde se dan cita la mayoría de los vecinos de Zamora para realizar una merienda campestre.
Fiesta de Ntra. Sra. del Tránsito.
El Día Grande es el 16 de agosto cuando los vecinos acuden delante de la imagen para besarle la «sandalia»; pero desde el día 7 hasta el 15 se celebra una novena en el convento de las Clarisas. Ntra. Sra. del Tránsito es una de las pocas tallas que representan la Dormición o Tránsito de la Virgen. Es una talla de vestir, articulable, recostada sobre un lecho con vatios almohadones.
Las Ferias y Fiestas de San Pedro.
Se celebran en la última semana de Junio, con un variado programa de actos lúdicos, competiciones deportivas y manifestaciones musicales. Antiguamente San Pedro suponía el inicio de la campaña de recolección veraniega y hasta la capital acudían gentes de toda la provincia para aprovisionarse de nuevos aperos -trillos, hoces, etc.- con los que iniciar la campaña de recolección.