Apostol

Camino Mozárabe

Etapa

10

Cultura

Granada

La bella ciudad de Granada, uno de los múltiples reinos de Taifas del mundo hispanomusulmán, nacidos a consecuencia del debilitamiento del poder califal, fue el último reducto islámico en la Península. Su época de mayor esplendor tuvo lugar entre los siglos XIII y XV, momento en el que encabezó el Reino Nazarí, convirtiéndose en una de las más hermosas y asombrosas ciudades de Occidente. Conquistada por los Reyes Católicos, éstos hicieron su entrada triunfal en la ciudad el día 2 de enero de 1492. La entrega de las llaves de la bella ciudad nazarí a los monarcas cristianos ha sido profusamente representada por los pintores historicistas del siglo XIX.

Atarfe

Atarfe, poblada desde el Neolítico, conserva, además, la herencia de sus pobladores prerromanos, romanos, visigodos y musulmanes. La suma de todas estas culturas tan diferentes entre sí la ha dotado de una peculiar personalidad y ha proporcionado innumerables y preciados vestigios arqueológicos para el estudio de su Historia. Atarfe es protagonista involuntaria de las controversias entre historiadores sobre el origen de la antigua Ilíberis. Frente a los partidarios de localizarla en el Albaicín, parte de los investigadores actuales prefieren situarla en Atarfe, a los pies de la Sierra Elvira. Las excavaciones arqueológicas dirán quién tiene razón.
Lo que no ofrece ningún género de dudas es su existencia durante el Califato Cordobés, momento en el que se la conocía con el nombre de Elvira y era a la sazón capital de la Cora del mismo nombre.
La importancia de Atarfe-Elvira decae con el traslado de la Corte a Granada en el siglo XI.
El origen del nombre se encuentra en la derivación del vocablo “ar-tarf” cuyo significado es el de «límite». Límite era Atarfe, ya que estaba situada en los arrabales de la magnífica ciudad de Elvira.

Pinos Puente

Los datos arqueológicos hallados han permitido conocer que este territorio fue tempranamente habitado por el hombre, ya en la Prehistoria. Igualmente se han encontrado vestigios de su poblamiento en época romana y, por supuesto, durante la invasión musulmana. La continuidad de esta habitación se debe sin duda a la proximidad del Cubillas, que abastecería del agua necesaria para la vida a los diferentes grupos humanos que a lo largo del tiempo decidieron quedarse en estas tierras.
Su primer nombre fue Pont-Binox, el Puente de los Pinos; más tarde se conocería como Pinos de la Puente. Desde 1841 pasaría a llamarse Pinos Puente. Es municipio desde 1772 y en 1928 el rey Alfonso XIII les concedió, por medio de un Real Decreto, el preciado título de ciudad.

Olivares

Por los numerosos yacimientos arqueológicos encontrados en esta población (dólmenes, necrópolis y pinturas rupestres) es evidente que hubo asentamiento humano desde la Prehistoria, concretamente del Neolítico. La villa de Olivares surge con la llegada de los romanos.
Tierra de frontera en muchas etapas históricas, tuvo numerosas atalayas que servían para comunicarse. En julio de 1486 fue conquistada por los Reyes Católicos y se convirtió en una de las Villas obligadas al mantenimiento de Granada.
En el Valle del río Velillos, entre la Sierra del Marqués y de Moclín, se encuentra diseminada esta bella población que remonta sus orígenes al s. XVI cuando los lugareños acudían a misa a la ermita de las Angustias.
Olivares es el pueblo con mayor regadío del municipio, a través de dos presas que conducen sus aguas por acequias.
El Marques de Casablanca era el dueño de este pueblo.

Moclín

El término municipal de Moclín estuvo poblado desde el Paleolítico. Importante población durante la ocupación musulmana, fue la puerta del Reino Nazarí durante la Reconquista. Tras diferentes episodios bélicos, como la victoria musulmana sobre los ejércitos cristianos del Conde de Cabra, los Reyes Católicos conquistaron esta localidad el 24 de julio de 1486, tras hacer explotar el polvorín de la fortaleza musulmana y conseguir la rendición de la localidad de Loja. Los repobladores llegados a estas tierras encontraron un entorno óptimo para la vida, creando áreas agrícolas centradas en el cultivo de los cereales; las sierras fueron aprovechadas para el pastoreo del ganado y como bosques comunales.