Apostol

Camino Mozárabe

Etapa

9

Monumentos

Quéntar

Pantano de Quentar

El pantano de Quentar está situado en el cerro de Bermejales, en el termino municipal de Quentar. Inaugurada en el año 1976, dota de agua a la ciudad de Granada y alrededores.

Merece una visita, sobre todo al atardecer porque es un lugar sereno, los colores de las piedras son bellísimos. Durante el día, la zona está abarrotada de visitantes que aprovechan las zonas acondicionadas para barbacoa, pic-nic, y sobre todo refrescarse del intenso calor granadino.

Recomendable par hacer paseos relajados y para iniciar rutas a Sierra Nevada que no se encuentra muy lejos.

Dúdar

Canal de los Franceses-Puente de la Línea

Fue construido durante la invasión napoleónica y era utilizado para conducir el agua del nacimiento del río Aguas Blancas al Cerro del Oro entre Cenes de la Vega y Lancha del Genil, para lavar el oro que de allí se extraía.

Actualmente se conservan tres estructuras de dicho Canal: la primera es lo que se conoce en el lugar como Las Torres, que son lo pilares que sostenían la canalización, desaparecido en la actualidad, la segunda es el Puente de la Línea, un acueducto con arcos que permitía salvar al agua el desnivel provocado por un barranco.

En la actualidad es uno de los lugares más bonitos del pueblo y se pude subir al punte, pasar por él y escalar hasta sus arcos. Y por último, la Casa del Cigarrón, que era la Casa del Guarda del Canal. En la actualidad hay un canal paralelo que lleva el agua de abastecimiento desde el Pantano de Quéntar a la ciudad de Granada.

El Canal de los Franceses es una captación superficial, debido a que el tipo de toma es en superficie, su uso de captación es ordinario, el tipo de captación es de un embalse y el agua captada por año es de 31 m3. Este canal abastece al municipio de Dúdar a través de 2 depósitos, uno el acumulador llamado Cerro de la Cruz y otro el distribuidor llamado Camino de la Cruz y la que sobra sigue su cauce hacia Granada.

Casa Cueva

Las Casas Cueva que hay en Dúdar existen desde tiempos inmemoriales.

En un principio eran pequeños huecos donde se refugiaba el ganado, después según las necesidades se fueron ampliando y se construyeron verdaderas viviendas con sus dormitorios, cocina, salón y despensa, donde se guardaban los víveres que se recogían del campo y se guardaban durante todo el año.

Algunas Casas Cueva eran habitadas por sus dueños pero otros nunca las habitaron porque tenían grandes casas y las cuevas las alquilaban. El recinto donde están ubicadas fue en su día un verdadero barrio del pueblo lleno de gente y de chiquillería, dichas cuevas están situadas en uno de los mejores parajes del pueblo. A partir de los años 60 se fueron deshabitando porque la gente en su mayoría emigro a Cataluña. Cuentan nuestros abuelos que en el año 1959 una piedra que se desprendió del techo de una de las cuevas matando a una señora que estaba cosiendo (por cierto esta casa cueva estaba alquilada por esta familia).

Hoy en día se utilizan como cuadras para animales, aunque algunos dueños están pensando en rehabilitarlas. Están situadas en las laderas de los cerros que rodean al pueblo.

Existen aproximadamente una quincena. Actualmente no se habitan debido a los derrumbes ocurridos por las lluvias, utilizándose para guardar el ganado.

Iglesia parroquial Ntra. Sra. de la Inmaculada

Iglesia del siglo XVI, cuya torre y artesonado de madera son de estilo mudéjar. En su interior encontramos un retablo de estilo barroco. Existe también un Ecce homo del siglo XVII, y la imagen del patrón, San Blas, es una talla del siglo XVIII. Hasta hace poco tiempo se usaron los toques de la campana de la iglesia para avisar a los vecinos de distintas situaciones, como el toque a difunto, cuyo sonido era diferente si el fallecido era hombre o mujer, el toque a arrebato, que anunciaba catástrofes, como incendios o inundaciones, tambien el toque del Àngelus, siempre a la hora del mediodía, y los vecinos que lo escuchaban dejaban sus labores y rezaban tres Avemarías y por último el toque de las ánimas a las diez de la noche. De todos estos toques aún se siguen dando el toque de difunto, el de arrebato y el toque del Ángelus a las 12:00 h. de la mañana.

Granada

Todos los monumentos de Granada

Catedral de la Anunciación

La Catedral de Granada es uno de los monumentos fundamentales del estilo renacentista en España. Fue erigida junto a la mezquita mayor, comenzando su construcción bajo la dirección del extraordinario arquitecto Enrique Egásen el año 1523.

Tras cinco años de obras, la dirección fue asumida por el genial artista Diego de Siloé, quien dotó al edificio de su propia personalidad y explica el carácter gótico de la planta del primer proyecto frente al estilo ya renacentista dado al alzado del templo.

Siloé siguió al frente del proyecto hasta su muerte,en 1563, cuando las obras de la cabecera se encontraban ya muy avanzadas. Fue sustituido por su discípulo Juan de Maeda.

Las obras se desarrollaron con gran lentitud temporal, mientras que los directores de obra se fueron sucediendo con curiosa rapidez.

El templo catedralicio presenta una planta muy parecida a la de la catedral de Toledo, con cinco naves y cinco tramos con capillas laterales; tiene nave de crucero y una monumental cabecera, con una impresionante capilla circular, rodeada por una monumental girola.

El alzado de este edificio es un ejemplo acabado del Renacimiento español, en cual destacan los gigantescos pilares formados por grandes columnas corintias, que sustentan las pilastras. La fachada principal, obra del escultor barroco andaluz Alonso Cano, se terminó en el siglo XVIII. Muy interesantes son las puertas del Perdón y de San Jerónimo en el lado Norte, donde se encuentran muestras magníficas del arte escultórico de Siloé.

El interior del templo catedralicio alberga numerosas obras de arte, tanto en sus capillas como en su antigua Sala Capitular, hoy Tesoro de la Seo granadina.

La Colegiata de San Justo y Pastor

La colegiata de San Justo y Pastor es obra del hermano Martín de Baceta y del padre Alonso Romero, miembros de la orden.

Su construcción fue desde 1575 a 1589. El templo es muy suntuoso, con portada en dos cuerpos, del siglo XVIII, tiene columnas corintias con relieves de mármol y escenas de la compañía. En el interior de cruz latina y cúpula sobre el crucero de piedra, destaca el retablo del Altar Mayor, con un espléndido fresco del hermano Francisco Díaz de Rivero, de 1630 con columnas salomónicas y lienzos con episodios de la vida de San Pablo.

Cartuja de El Paular

Situada a la salida de Granada, fue fundada durante el primer cuarto del siglo XVI por la Orden Cartujana de Madrid. Se aprovecharon para su construcción unos terrenos propiedad de Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, quien los cedió a la Orden. Al poco tiempo fue traslada al emplazamiento actual.

Las obras se prolongaron a lo largo de varios siglos, terminándose en el siglo XVIII. Como tantas propiedades eclesiásticas, fue alcanzada por los procesos desamortizadores llevados a cabo durante el siglo XIX. En la actualidad conserva numeroso restos de lo que fue el conjunto original.

Al sur del templo se emplaza el claustro, en el cual se disponen el refectorio, el capítulo de frailes y la Sala Capitular de los monjes; estas estancias fueron construidas durante el siglo XVI y dmuestran una combinación de los estilos gótico y renacentista.

En el s. XVII se realizó en estilo dórico una pieza conocida popularmente como el “claustrillo” , entrada al recinto monasterial.

De todo el conjunto la parte más valiosa estilísticamente es el templo, cuyo sagrario y sacristía son una de las más valiosas joyas del estilo Barroco español.

El templo presenta una sola nave profusamente decorada con labores de yesería; datan estas decoraciones del siglo XVI, pero no se terminaron hasta el siglo XVII, bajo la dirección del maestro Cristóbal de Vílchez. La fachada pertenece a finales del s. XVIII y es obra del maestro Joaquín Hermoso. En su interior destaca la cancela de separación entre el coro de monjes y el coro de frailes. Esta joya está realizada en concha, nácar, plata, marfil y diferentes maderas.

Tras el presbiterio se encuentra el Tabernáculo, perteneciente al primer cuarto del siglo XVIII y profusamente decorado por el maestro cordobés Francisco Hurtado Izquierdo. En su interior merecen mención aparte sus impresionantes lienzos y esculturas, así como la cúpula cuyos frescos son obra del excelente artista Antonio Palomino. La Sacristía, abierta en el lado del Evangelio, destaca por la suntuosidad y belleza de sus muebles de taracea y decoraciones de yeso; fue realizada por el maestro de cantería Luis de Arévalo y el tallista Luis Cabello entre 1727 y 1764.

Es, además, una especie de relicario para obras de la talla

de pintores como Sánchez Cotán, Vicente Carducho, o Antonio Palomino.

La Alhambra y El Generalife

Ambos edificios son la más perfecta muestra medieval de arquitectura civil, militar y palatina de la cultura islámica durante los siglos XIII al XV.

La Alcazaba es el sector más antiguo; fue iniciada en el siglo XIII y en ella se encuentran las famosas torres de la Vela, del Homenaje y la Quebrada.

El momento más esplendoroso será el siglo XIV, época en la que se edifican los palacios del Generalife en el Cerro del Sol y los de la Alhambra en la colina de la Sabika.

De gran importancia para esta construcción fueron los reinados de Ismail I </b(1314-1325), Yusuf I (1333-1354) y de Muhammad (1354-59 y 1362-91). El primero renueva el Generalife y comienza la construcción del mexuar (Tribunal de Justicia); Yusuf ordena contruir la maravillosa Torre de Comares y sus baños; reforma el mexuar y ordena realizar las entradas monumentales de las Armas y de la Justicia.

Muhammad V lleva a su máximo apogeo a este bellísimo conjunto arquitectónico y ordena realizar las construcciones más famosas: la fachada de Comares, en el patio del Cuarto Dorado, el Patio de Arrayanes y el mundialmente famoso Palacio de los Leones, con su patio, rodeado por las salas de Abencerrajes, de los Reyes, de dos Hermanas, etc. En estas estancias se pueden admirar las más bellas bóvedas de mocárabes del mundo musulmán.

Otras estancias destacadas son el Palacio del Partal, las torres de las Infantas y de la Cautiva, el recinto amurallado y muchos restos repartidos por todo el recinto.

Tras la conquista cristiana, los edificios nazaríes se transforman para cubrir las necesidades de la burocracia de los conquistadores. La máxima transformación tendrá lugar en el siglo XVI, cuando en su interior, el emperador Carlos I ordene edificar su gran palacio renacentista. El movimiento romántico, surgido a finales del siglo XVIII, hará resurgir con fuerza el entusiasmo por el pasado histórico y, con él, el deseo de recuperar sus bellas manifestaciones artísticas. La Alhambra siempre estará en deuda con el célebre escritor Whasington Irving quien con su obra “Los cuentos de la Alhambra” comenzará un proceso de revalorización de estos magníficos edificios, que empezarán a ser visitados por turistas de diversas procedencias. Los siglos XIX y XX serán los que afronten las labores de restauración. Mención especial en la conservación y restauración de este conjunto merece el trabajo del arquitecto D. Leopoldo Torres Balbás en la la primera mitad del pasado siglo.

El palacio Madraza

El Palacio de La Madraza, Escuela Musulmana de Ley Coránica, fue fundado por iniciativa de Yusuf I, en 1349. En ella dieron sus clases magistrales los mejores y más famosos intelectuales musulmanes del Islam occidental.

Tras ser conquistada el día de de enero de 1492 la ciudad de Granada por los Reyes Católicos, el edificio fue donado por los monarcas para que se utilizara como Casa del Cabildo. Este uso perduró hasta finales del siglo XIX.

De la construcción musulmana quedan parte de los elementos decorativos de su fachada en el Museo Arqueológico de Granada. Su oratorio está muy restaurado, presenta planta cuadrada que pasa a ser un octógono en altura.

Podemos ver el mihrab, conjuntos de yeserías y una cúpula de madera en cuyo centro se abre un lucernario cubierto con bellísima decoración de mocárabes.

La construcción de época nazarí se derribó casi totalmente durante el siglo XVIII, al realizarse las obras del actual, realzado con su patio porticado, su impresionante escalera y su fachada de estilo barroco.

En su interior podemos admirar un salón del primer cuarto del siglo XVI, que se utilizaba para las reuniones del Cabildo. La pieza se cubre con una bella cubierta octogonal de madera con motivos de lazo y decorada con pinturas platerescas.

Murallas del Albaicín

El famoso barrio granadino del Albaicín atesora valiosos restos de su recinto amurallado, gran parte de los cuales datan del período zahirí (siglo XI), en la época de los llamados Reinos de Taifas, momento en que fue construida la alcazaba antigua.

Los siglos siguientes ampliaron las murallas debido al crecimiento demográfico de la población en el siglo XIV.

Son grandes muros de mampostería de hormigón, piedra y ladrillo en esquinas y cimientos.

Destaca el gran número de torres de planta cuadrada, salvo alguna de planta circular. Las entradas son monumentales y tienen acceso recto (Hizna Román) o en recodo (postigo de San Lorenzo).

La conservación de los distintos sectores del conjunto es muy desigual. Últimamente se vienen realizando numerosas campañas de restauración de esta imponente construcción militar hispanomusulmana.

Real Chancillería

Es el primer edifico realizado para albergar un Tribunal de Justicia, comenzándose su construcción en 1531.

Su fachada es de los más importantes exteriores granadinos, relacionada con obras manieristas italianas. Aunque la creación en Granada de la Real Chancillería fue idea de los Reyes Católicos, será con Carlos V cuando se levante este edificio y en este lugar.

Iglesia de San Pedro y San Pablo

Lo más notable de este templo, junto al Darro, trazado por Juan de Maeda y terminado en 1567, son los extraordinarios artesonados mudéjares de la nave central, del crucero y de la Capilla Mayor, así como la techumbre renacentista de la primera de las diez capillas, todos ellos realizados por Juan Vílchez. La portada,

debida a Pedro de Orea, es un magnifico ejemplar del renacimiento andaluz de fines del XVI.

Palacio del Emperador Carlos V

Dentro del recinto de la Alhambra, junto los palacios nazaríes de Comares y de los Leones se levanta el Palacio de Carlos V.

El edificio presenta planta cuadrada y pertenece al Renacimiento Español. Su construcción se comenzó durante el segundo cuarto del siglo XVI bajo la dirección del extraordinario arquitecto y pintor castellano Pedro Machuca, cuya formación italiana es evidente, así como su admiración por la obra del genial artista Miguel Ángel, cuyas obras pudo conocer personalmente en Italia.

Las obras se prolongaron hasta el siglo XVII; el palacio quedó inacabado y, mediado el pasado siglo, el arquitecto de la Alhambra Prieto Moreno colocó las cubiertas de teja, el artesonado de la galería alta del patio y su pavimento.

Especialmente hermosas son las fachadas occidental y meridional, articuladas en dos pisos en los que queda perfectamente resumido todo el vocabulario formal del Renacimiento Italiano.

Las dos fachadas restantes quedaron inacabadas. El interior del palacio está presidido por el gran patio circular, rodeado por dos galerías de arcos adintelados. Destaca igualmente la cubierta de la galería del segundo piso, construido en el siglo XX.

El interior del palacio acoge dos museos: el Museo de Arte Hispanomusulmán (en el piso inferior) y el Museo de Bellas Artes ( en la planta alta). A este último se accede a través de una impresionante escalera, cuyas trazas fueron dadas por Bartolomé Fernández Lechuga durante la primera mitad del siglo XVII.